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Almeida, de héroe en Vigo a preso por rebeldía

Más de quinientos escolares tocaron sus tambores en las escaleras del Marco.
photo_camera Más de quinientos escolares tocaron sus tambores en las escaleras del Marco.

Antonio Giráldez desveló los aspectos desconocidos del militar portugués y los niños celebraron su “Reconquistiña”

El espíritu de la Reconquista ya invade el Casco Vello. Ayer, el Instituto Camões se unió a la celebración, incluyéndola en los actos de su vigésimo aniversario en la ciudad. Así, el organismo portugués invitó al historiador Antonio Giráldez, miembro fundador del Instituto de Estudios Vigueses, para analizar la participación lusa en la recuperación de la villa del dominio francés. En 1809, João Baptista de Almeida llega al asedio de Vigo como teniente del ejército portugués con cincuenta soldados y una tropa de varios miles de voluntarios. Se marcha ascendido a capitán y con el escudo de honra como héroe de la reconquista. Un año después entrará en prisión y será juzgado por rebeldía. Son lo que Giráldez denominó, “las luces y las sombras de Almeida”.
Partiendo de que los franceses solo estaban interesados en Galicïa como escala para invadir Portugal, Giráldez explica que la estrategia del ejército luso pasaba por frenar el avance por el norte. Así, Almeida aparece en escena. “Lo envían para apoyar al general Bernardino Freire en el asedio de Tui, pero en lugar de eso, se dirige al norte, decide liberar del control francés el fuerte de Goián, A Guarda, Oia y Baiona para seguir hacia Vigo, ya acompañado por vecinos de estas localidades, animados con la idea de la liberación”. Aunque no hay datos concretos, el historiador apunta a la ambición personal como motivo que lo trajo a la ciudad: “Aquí no había un líder concreto; pudo pensar que le resultaría más fácil hacer méritos militares”, indica. Sin embargo, aparece Morillo, nombrado por el Consejo de Resistencia del Reino como capitán responsable del cerco de Vigo. Será el español, ya como  coronel, quien firme las capitulaciones con el también coronel Chalot, sin que figure en el documento el nombre de Almeida. Para Giráldez, su principal papel en la reconquista fue el ilusionador: “Consigue que le sigan y reúne un importante contingente fuera de la muralla; él habla de unos 6.000 o 7.000 y el gobernador de Valença afirmaban que llegaron a ser 9.000; a mí no me salen las cuentas, creo que exageraban, ya que en total, se unieron unos 5.000 patriotas en el cerco a Vigo, que fueron apoyados por los 300 vecinos desde dentro para hacer frente a los 1.500 soldados franceses; una vez recuperado Vigo, estos mismos hombres le siguen a Tui”.
De carácter difícil, también tuvo problemas en la capital tudense con el abad de Couto, quien lideraba la resistencia. Finalizada la guerra y declarado inocente de rebeldía, no logró recuperar su prestigio militar y emigró a Brasil, donde murió antes de 1824, en que según Giráldez, su primogénito reclamó a su muerte los bienes que le debía el ejército.
“Es un personaje con luces y sobras, ya que mientras en otros lugares fue duramente criticado, en Vigo en 1894 se le concede su nombre a las Praza Vella ou da Cebola, y en 1933, se coloca la placa que aún permanece y que supone un acto de hermanamiento entre Galicia y Portugal contra un enemigo común, Napoleón”, puntualiza Antonio Giráldez.

A Reconquistiña
La cantera de personajes de la Reconquista no deja de crecer. Con los talleres de construcción de tambores, organizados desde la Asociación de Veciños do Casco Vello en las escuelas, cada vez son más los niños que participan del espíritu de la fiesta. Ayer, más de quinientos alumnos de siete centros educativos desfilaron por el Casco Vello y Príncipe. Alumnos del  Ramón y Cajal, Niño Jesús de Praga, Altamar, Carmelitas, Salesiano, O Pombal y Ría de Vigo hicieron sonar sus instrumentos en la cuarta edición de A Reconquistiña. Tras la caminata y un pequeño descanso en la escalinata del Marco, la expedición acabó en O Berbés, disfrutando de una chocolatada y con el concierto de Pakolas. 
Acompañados por músicos, vecinos y profesores, los más pequeños ya escogieron bando, con lo que franceses y lugareños tienen asegurado el relevo.

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