El nuevo ascensor Halo que conectará García Barbón con Vía Norte ya completó su anillo. A falta de dos pequeñas piezas que permitan la conexión directa con la plaza del centro Vialia, su estructura semicircular de cerca de cien metros de diámetro ya se alza sobre la autopista, aunque sus accesos desde el túnel de Lepanto, la estación de autobuses y la calle Cervantes siguen cortados.
Los trabajos en la zona comenzaron ya siete meses. El verano pasado, a mediados del mes de agosto, el alcalde Abel Caballero presidió el acto simbólico de colocación de la primera piedra, aunque no fue hasta noviembre cuando las obras empezaron a ser evidentes para conductores y peatones con la instalación de los soportes para la estructura del ascensor.
Ya a principios de enero comenzaron los trabajos de cimentación para la torre del ascensor en Serafín Avendaño, que a finales de ese mes ya se alzaba en casi toda su altura de 50 metros. A mediados de febrero comenzó la instalación de la estructura y con ella comenzaron los cortes de tráfico como medida de seguridad, al situarse sobre la autopista. El semicírculo se dividió en nueve piezas, algunas de ellas de hasta 149 toneladas de peso que fueron izadas con una grúa de gran tamaño.
Aun así, el mal tiempo impidió avanzar en los trabajos durante varias jornadas por el fuerte viento, lo que obligó a prorrogar los cortes de tráfico, previstos inicialmente hasta mediados de este mes. Ahora, en las últimas jornadas se retomaron los trabajos completando la estructura. Las dos últimas piezas que conectarán con Vialia se instalarán ya con la autopista abierta al no situarse sobre los viales.
