ENTREVISTA

Gonzalo Caballero: “No soy una marioneta de nadie"

Gonzalo Caballero, en O Castro de Vigo, la ciudad donde vive desde pequeño.
photo_camera Gonzalo Caballero, en O Castro de Vigo, la ciudad donde vive desde pequeño.
El líder socialista responde en entrevista a Atlántico al momento convulso que vive el partido: “Nunca he sido hombre de trapo: tengo criterio y posición, y buena relación con Pedro Sánchez; el proyecto que iniciamos hace cuatro años necesita tiempo”

Gonzalo Caballero (1975) nació en Ponteareas, pero vive en Vigo desde pequeño. Es también profesor de Economía Aplicada en la Universidad de Vigo y desde hace dos años diputado en el Parlamento de Galicia. Hace cuatro se convirtió en secretario del PSdeG-PSOE. En unos meses toca congreso y aunque no lo ha dicho, todo apunta a que tratará de repetir. En su entrevista con Atlántico dejó algunas frases llamativas. “No soy una marioneta de nadie”, sobre la convulsión interna del PSdeG; que la pandemia “cambio el escenario en las elecciones autonómicas” y su rechazo al nacionalismo “que no implica nada positivo para Galicia. Su vida ha dado un giro en los dos últimos años, en que pidió una excedencia en la UVigo para recorrer Galicia a diario. “Duermo en Vigo, salgo muchas veces a las ocho de la mañana y vuelvo de noche, Galicia es muy amplia, algunos días hay que visitar la Mariña de Lugo, o Valdeorras, supone dos horas de ida y otras de vueltas”. 

¿Echa de menos su vida como profesor en la UVigo?

Echo de menos de muchas cosas de mi vida previa a ser secretario general. Soy militante desde hace más de 25 años, pero hasta hace cuatro años nunca había ocupado una responsabilidad en un órgano de dirección. Fueron los militantes, las bases del PSdeG me dieron apoyo para abrir una nueva etapa. Hemos trabajado mucho en los cuatro años, hemos avanzado, pero con una dedicación intensa de este secretario general, todos los meses, sin coger vacaciones, porque el reto es trabajar por Galicia y conseguir el mejor partido socialista que sea útil para los gallegos y gallegas. Por el medio he tenido que dejar atrás tiempo libre, muchas horas de dedicación a mi actividad profesional. Lo peor es dejar a la familia en muchos momentos. Hasta hace dos años daba clase en la universidad y en los dos últimos me incorporé al Parlamento de Galicia. Ahí soy un líder novato: la señora Pontón lleva 17 años y el señor Feijóo 16 y yo solo llevo dos, pero es una fuente de aprendizaje y es un honor poder servir a los gallegos y gallegas.

¿Cómo lo ha hecho la Xunta en la pandemia?

Hemos sido una oposición con alternativas y propuestas distintas a las del PP. Una alternativa real y leal. No hemos cuestionado las restricciones que la Xunta ha adoptado de acuerdo con el comité clínico porque entrar en la confrontación gratuita no llevaba a nada, y ahí demostramos nuestro sentido de la responsabilidad. Pero creemos que se pueden hacer muchas más cosas desde el Gobierno gallego. Encontramos un Gobierno de la Xunta con los brazos caídos, que no tiene gestión, que no tiene estrategia. Es necesario orientar la acción de las políticas públicas para que Galicia pueda dar un salto de futuro. No podemos perder la oportunidad de los fondos europeos que están encima de la mesa. Podemos modernizar nuestro país, y lograr mayor cohesión social. El Gobierno de Feijóo está ausente. Es un gobierno de inercia, inacción, sin políticas para modernizar el país, para la transición económica y digital y ecológica, tampoco para generar empleo. Sanidad vuelve a ser la mayor preocupación para todos los ciudadanos además del empleo. Porque vemos que hay listas de espera en áreas sanitarias de hasta 26 días para ser atendido por el médico de cabecera. No se cubren las bajas de médicos de familia, ni de pediatría ni las vacaciones, hay listas de espera estructural. El conselleiro reconoce que hay que esperar hoy 18 días más para entrar en un quirófano que antes de la pandemia. No puede ser, porque la Xunta tiene más fondos que nunca. Recibe en 2021 1.100 millones extraordinarios, va a recibir 825 millones hasta noviembre para sanidad, educación y políticas sociales, y no se nota. Si pregunto a los gallegos dónde puso Feijóo esos fondos extraordinarios nadie lo sabe, porque quiere iniciar el curso académico despidiendo a cientos de profesores contratados para reforzar la educación pública, porque no hace contrataciones estables en la sanidad y porque hay déficit de gestión. Tenemos que tomar nuevas políticas desde una Xunta que no puede defraudar a Galicia. Creo que el Gobierno del PP está defraudado a los gallegos porque no encuentra en esta Xunta un aliado. 

¿Si usted fuera presidente qué sería clave?

La sanidad es el cimiento para reactivación. La vacunación funciona muy bien. Cuando el presidente del Gobierno dijo que este verano llegaríamos al 70 por ciento, Feijóo dijo que no habría vacunas hasta el segundo semestre. Hoy más del 80 por ciento tienen al menos una dosis. Frente a esa estrategia del Gobierno con la UE y la ciencia tenemos a Feijóo que lo negaba, y un nacionalismo gallego que se atrevía a recetar vacunas cubanas, chinas y rusas.

¿Se presenta a la reelección como secretario del PSdeG o se va a tomar como Ana Pontón una reflexión?

Tengo mi visión clara de lo que debe ser el PSdeG. El PP ofrece una línea conservadora de inacción y el nacionalismo gallego que opta por ponerse en paralelo en la vía Junqueras (dirigente de ERC indultado) no implica nada positivo para Galicia. Tenemos el deber de construir desde el PSdeG una alternativa fuerte. Porque también sabemos que cuando el BNG crece el PP sonríe, porque consigue aglutirnar a todo el centro derecha y consolida posiciones. El PSdeG tiene un proyecto positivo para Galicia y ahí voy a dedicar todo mi esfuerzo. Tengo ilusión y tengo ganas de poner toda mi capacidad para seguir con un proyecto en el que creo, que es una Galicia con más oportunidades y más futuro.

¿Qué nota se pone como secretario?

Me la ponen los ciudadanos y los militantes. Soy secretario porque me votaron los militantes del PSdeG. La militancia implica la frescura de apostar por el futuro frente a los aparatos que son más rígidos y menos permeables, que implican una mayor carga de conservadurismo. No soy marioneta de nadie, nunca he sido un hombre de trapo, siempre he tenido criterio, posición y opinión política. Galicia es mi compromiso, mi pasión, no tengo otra meta que servir al PSdeG para ser útil a Galicia. Es lo que me motiva y por lo que me comprometo.

¿La noche de las autonómicas fue para usted la más difícil?

No sé si fue la más difícil. Encontramos un resultado que no era el que esperábamos. También sabíamos que después de que el PSOE hubiera conseguido resultados históricos conmigo como secretario en las elecciones generales, siendo primera fuerza política en Galicia por primera vez en la historia, en las municipales, donde gobernamos en cinco ciudades y tres diputaciones, además de 103 ayuntamientos; llegamos a las gallegas en condiciones de liderar un cambio. Después  llegó la pandemia, cambio todo el escenario, frenó las tendencias previas y Feijóo marcó una fecha electoral que implicó una abstención histórica del 51%. Para que el PSdeG pudiera tener opciones de gobierno teníamos que conseguir un nivel de participación muy alto. La abstención implicó que mucho de nuestro electorado no se movilizara. Y tenemos que aprender porque en 40 años de autonomía, en 11 convocatorias de elecciones autonómicas, la izquierda consiguió acceder a la Xunta solo en una ocasión, en 2005. De las derrotas se tiene que aprender para llegar a las victorias. 

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