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Los gimnasios vigueses, bajo mínimos con la mascarilla

Los gimnasios no deben tener grupos superiores a diez dentro de sus instalaciones.
photo_camera Los gimnasios no deben tener grupos superiores a diez dentro de sus instalaciones.
Las nuevas medidas de la Xunta para evitar contagios han frenado todavía más la afluencia de clientes en estos centros

 La Xunta anunció la semana pasada una nueva medida para evitar la propagación de la covid que, en este caso, afectaba a los gimnasios: la obligatoriedad de entrenar con mascarilla en estos espacios cerrados. La noticia cayó como un jarro de agua fría en un sector que todavía estaba lidiando con las consecuencias del confinamiento y el miedo de algunos de sus clientes habituales a volver. Y es que, pocos días después de su entrada en vigor, muchos de estos centros ya están notando el impacto negativo de esta nueva normativa.
Es el caso del gimnasio Imperium, situado en calle Salamanca. Su dueño, Fabio Jordao, explica que “la gente se está negando a venir al gimnasio porque esa medida es una locura. Es muy, muy complicado hacer deporte así”. Y es que no son pocas las personas que, ante la idea de tener que entrenar con la mascarilla puesta, se dan de baja en estos centros y buscan maneras alternativas de hacer deporte: “La gente sale por la calle a correr porque no tiene que usar mascarilla”, comenta Jordao. “Es una medida bastante exagerada”, comenta Jorge Torres, gerente de Vigoentrena, que se encuentra en la calle Celso Emilio Ferreiro. “Los centros deportivos son lugares seguros donde se cumple la normativa y los ratios –de usuarios por cada entrenador– son ya bastante bajos. A los gimnasios grandes les afecta mucho”, puntualiza. Por su parte, Jacobo López, director del Centro Deportivo Coliseum en la calle Arenal, reconoce que, aunque la medida “es un escollo más a la hora de captar nuevos clientes o que retornen los que aún no han vuelto, no la vemos exagerada. Está claro que el uso de la mascarilla es uno de los principales apoyos para frenar la transmisión del virus. No deja de ser un reflejo de lo que nos están pidiendo fuera”.
El verano es un período de baja actividad para los gimnasios, y el inicio lento tras el confinamiento de este año agudizó todavía más esta situación. Durante las primeras semanas de este mes, los dueños de los centros deportivos esperaban, aún sabiendo que era imposible volver a niveles de antes de la pandemia, recuperar un poco de tracción en el ritmo de las matriculaciones. Sin embargo, las nuevas restricciones en el interior de estos locales ha frenado mucho el flujo de nuevos clientes hacia los gimnasios. “En estos momentos estamos en un 30% con respecto al año pasado”, comenta Jacobo. El caso de Jordao es más extremo: “Tenemos poquísimos clientes, estamos a un 10 por ciento. No se está apuntando mucha gente y además muchos otros se dan de baja. Dicen que igual vuelven para octubre o noviembre, o cuando se acabe la pandemia”.
Los  gimnasios vigueses reclaman así que se tenga algo más de permisividad con las medidas restrictivas, pues aseguran que “son espacios seguros”. “Creo que todos los centros en general y en especial los de Vigo nos estamos preocupando muchísimo en implementar las medidas de seguridad y en algunos casos van incluso más allá”, dice Jacobo López. “Es probable que se puedan estudiar algunos matices del uso de la mascarilla en función de las actividades, de la cantidad de personas que estén en la sala y demás”. Añade Jordao que “la gente se estaba acostumbrando” a las medidas de seguridad y empezaba a normalizarse un poco la situación hasta que la obligatoriedad de las mascarillas supuso un nuevo paso atrás en la afluencia de clientes.
Con la situación actual, el futuro a corto y medio plazo no pinta muy bien para los gimnasios vigueses. "Si el gobierno no ayuda, muchísimos gimnasios van a cerrar. Los pequeños, fijo", sentencia Jordao.

El entrenamiento a distancia "ha venido para quedarse"

 Cuando se decretó el confinamiento, mientras la gran mayoría de gimnasios cerraban sin saber muy bien cuándo volverían a facturar, en el centro deportivo Vigoentrena activaron casi inmediatamente su plan de contingencia: entrenamientos a distancia, a través de internet.
Explica su gerente Jorge Torres que "nuestra caída en facturación fue de un 30 por ciento, aproximadamente. Muchos gimnasios o no lo aplicaorn o lo aplicaron tarde, estuvieron todos esos meses sin ganar dinero y a la mayoría de gente vino muy mal". Asegura que, de no haber optado por este novedoso método, hoy en día no podrían estar en cifras de facturación y matriculaciones similares a las de otros años en estas fechas, algo impensable en la mayoría de gimnasios vigueses.
"Nos vino muy bien. Ha venido para quedarse. Es un recurso que ofrecemos a gente que no puede venir por cualquier razón. Hacemos la misma sesión de entrenamiento que en el centro, la grabamos y los clientes la pueden reproducir en su casa con el material que les ofrecemos", comenta Torres.n

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