"Queremos hacer un llamamiento a la memoria histórica de nuestra comunidad a través de un lugar simbólico, como es el puerto de Vigo, para todas aquellas familias gallegas emigradas", explicó David Bóveda
La Estación Marítima se convirtió en un instrumento por el que apelar a la conciencia viguesa, para que se mantenga despierta en la lucha de los derechos internacionales. Aprovechando el día de ayer, en el que se rendía homenaje a todas las personas refugiadas en Galicia, las asociaciones Provivienda y Accem, dedicadas al acompañamiento e integración de las mismas, se reunieron para impedir lo que ya avanzaba en sus libros José Saramago: “Se empieza por el olvido y se acaba por la indiferencia”.
Ana Pardo, representante de Provivienda, una de las entidades que trabaja con Accem en la acogida de solicitantes de asilo en Vigo, explica que disponen de ocho dispositivos en los que llevan a cabo su admisión y que en la actualidad se encuentran bajo su supervisión unas 110 personas: “Recibimos a todas las nacionalidades, el único requisito es que se tenga un motivo real para abandonar el país”, afirma Ana.
Los programas que desenvuelve la organización Provivienda cuentan con una duración de 18 a 24 meses, donde el objetivo primordial radica en que sus beneficiarios lo finalicen plenamente integrados, siendo capaces de vivir en su entorno con plena autonomía.
Accem, organización centrada también en perseguir estos intereses, está dirigida por David Bóveda, quien recalca con firmeza que el motivo por el que se han concentrado no debería de pasar desapercibido: “Elegimos este puerto para recordar cómo cientos de familias gallegas se vieron obligadas a huir de su tierra . Argentina, Venezuela o Brasil fueron algunos de los lugares en los encontraron de nuevo la esperanza. Galicia, no te olvides de tu pasado”, exclamó David.
"Abandoné mi hogar para garantizar mi vida y la de mi hijo", señala
Una de las refugiadas que acudió al acto fue Teresita Schotborgh, natural de Venezuela. Sus proyectos de futuro se truncaron en el momento en que por cuestiones políticas mataron a su hermano, un manifestante más de las calles venezolanas. Después de este trágico incidente, empezaron las amenazas continuas, por lo que decidió dejar su país de origen: “Abandoné mi hogar para garantizar mi vida y la de mi hijo. Estuve en Ciudad Real y en Valladolid mientras esperaba a que se me asignase una plaza para cualquier sitio de la península”, comenta.
Teresita se encuentra arropada bajo los servicios de Accem en Vigo, quienes le han facilitado alojamiento compartido con otra familia. Teresita, que es licenciada en Bioanálisis, comenta las numerosas trabas que deben afrontar a la hora de homologar sus estudios:
“No es una cuestión de dinero, sino de tiempo. Algo de lo que carezco si quiero trabajar".
"Somos de todos los rincones del mundo", declara Hamman
nnn La historia de Hamman, un joven de Palestina, es similar a la de Teresita. Tras reconocerse como homosexual y ser gravemente juzgado por esta condición, emprendió un viaje cuyo destino debía de adaptarse a sus necesidades y no coartar su forma de ser: "Primero llegué a Barcelona, luego me trasladaron a Madrid y por último me vine a Vigo", informa.
Hamman se dedica a la cocina aunque ahora mismo está ocupando otros cargos en panaderías y pastelerías. Su alojamiento ha sido otorgado mediante Provivienda desde diciembre, mes en el que llegó a la ciudad. Durante su corta estancia ha ido a clases de español impartidas por Accem, llegando a alcanzar un B1: “Me gusta mucho la diversidad que tiene Vigo al igual que sus dos idiomas. Lo cierto es que me encuentro muy a gusto pudiendo compaginar estudios y oficio. Somos de todos los rincones del mundo”, subrayó ayer el palestino.
