Desde sus instalaciones en A Illa, centro privilegiado por situación, condiciones y actividad en Galicia en lo que se refiere al establecimiento y desarrollo de cultivos marinos, Igafa ha impartido desde el año de su apertura toda suerte de cursos de Formación Ocupacional y Laboral en acuicultura, así como ciclos formativos de Formación Profesional específica como los de Técnico en Operaciones de Cultivo y Producción acuícola, tanto en grado medio como en grado superior.
Al intenso trabajo en actividades de formación en el centro que dirige la doctora Amparo Simón Gómez se incorporaban en 1999 las enseñanzas de Buceo Profesional, impartiéndose además desde el año siguiente el ciclo de grado medio de Acuicultura -modular- y el de Programa de Garantía Social "Operario Acuicultor", además de los posteriores de Técnico de Buceo a media profundidad (2001)y el Máster en Innovación, Tecnología de la Producción y Gestión Acuícola (2003-2004); ciclos y actividades que llevaron al Instituto a su reconocimiento en 2005 como Centro Nacional de Formación Profesional ocupacional en el área formativa de Acuicultura.
planificación plurianual
El pasado mes de mayo, en plena primera ola de la pandemia, la directora xeral de Desenvolvemento Pesqueiro, Susana Rodríguez, presidía la constitución del Consello social del Centro de Referencia Nacional de Acuicultura e Mergullo-Instituto Galego de Formación en Acuicultura (Igafa), reunión en la que se sentaban las bases de planificación y participación del sector productivo vinculado al trabajao acuícola hasta 2022, al tiempo que se aprobaba el plan de actuación plurianual, un programa con el que, entre otros obejtivos, mejorar la capacitación profesional en acuicultura y buceo, formación que se imparte en el centro de A Illa, así como la potenciación de las actividades del sector marítimo en Galicia, protección de especies marinas, y fomento y promoción de las posibilidades laborales y empresariales de actividades relacionadas con el estudio de la acuicultura.
En el plan aprobado se detallan parte de los objetivos principales del Instituto, así como propuestas de trabajo en colaboración con otros centros de referencia nacional y de formación profesional, mejora de la práctica docente, y análisis en las empresas de acuicultura de las necesidades e inquietudes de los trabajadores a fin de adaptar los planes de estudio a las competencias profesionales demandadas por las empresas. La planificación prevé además la mejora en la difusión de las actividades que se realizan en el centro, estudio de todo lo relacionado con la acuariología y la figura del supervisor de buceo, unificando además criterios a nivel nacional en todo lo relativo a los manuales didácticos de esa actividad y de la acuicultura.
Este plan de trabajo plurianual, que se fundamenta en el convenio fimado en 2019 entre las administraciones central y autonómica, está basado y sustentado en las principales funciones del Igafa como Centro de Referencia Nacional, funciones que entre otras consideraciones pasan por el análisis de la evolución de los sectores productivos para adecuar su oferta de formación a las necesidades del mercado laboral, y programar y experimentar acciones de innovación formativa; colaboración con las organizaciones empresariales y sindicales más representativas y con los institutos y agencias de cualificación autonómica, universidades, centros tecnológicos y de
investigación, así como formación profesional, empresas y otras entidades en el fomento del desarrollo y metodología formativa como uno de los objetivos básicos de trabajo.
El centro tiene por tanto una importancia decisiva en el desarrollo del sector en Galicia. Como reconoce la doctora Amparo Simón Gómez, su directora, es la acuicultura una actividad vital en una Comunidad como la gallega, que vive y desarrolla muchas de sus actividades económicas con el mar como aliado y objeto de estudio y trabajo. "Si analizamos el tipo de empresa que se dedica a la acuicultura en Galicia -destaca la directora del centro- podemos diferenciar dos tipos: una que realiza actividad intensiva, con bajo nivel tecnológico y en manos de pequeñas familias -el ejemplo más conocido es la producción de mejillón en batea-, y otro tipo de empresa que realiza una actividad de carácter intensivo, con alto nivel tecnológico y en manos de corporaciones de mediano tamaño -en este caso el ejemplo sería la producción de rodaballo-. El primer tipo de empresas implica a un número mayor de personas con trabajos directos e indirectos, y en las que se deben aplicar técnicas de acuicultura. En Galicia tenemos más de 3.300 bateas. El segundo tipo de empresa, aunque con mayor nivel tecnológico, no genera tanto empleo pero tiene que tener trabajadores más cualificados".
Se trata, como advierte su directora, de impartir conocimientos fundamentales de carácter práctico y técnico para el desarrollo del sector. "Los ciclos formativos de acuicultura y buceo -señala- desarrollan su actividad como cualquier centro de FP de Galicia, y la formación se desarrolla también en el mismo período, desde septiembre a junio. Para poder llevar a cabo la formación práctica en acuicultura que impartimos es necesario además que tengamos los seres vivos que le permitan al alumnado adquirir práctica en su manejo, así como conocer y formarse en las condiciones de cultivo. Por lo tanto y para ello, el centro permanece abierto todo el año".
Ante la crisis sanitaria
No son sin embargo tiempos fáciles para cualquier centro de formación. La pandemia, el confinamiento y la crisis sanitaria a raíz de la extensión del covid-19 obligaba al Igafa a adoptar protocolos específicos de trabajo. La doctora Simón González explica que "en el período de suspensión de la actividad lectiva presencial, se continuó con la formación de manera telemática, dejando de hacerse prácticas importantes que están recuperándose en este curso 2020-2021, en la medida de lo posible. Para mantener la carga biológica, el centro permaneció abierto en el período de suspensión de las clases y se organizaron grupos mínimos de trabajo para mantener las instalaciones y los organismos. En este curso escolar 2020-2021, nos adaptamos a la normativa de las Consellerías de Educación y Sanidad a través de nuestro plan de adaptación a la covid-19".
Once aulas e instalaciones "especializadas"
La doctora Amparo Simón Gómez es la directora del centro, único de Galicia que imparte formación profesional de acuicultura y buceo. El Instituto cuenta con instalaciones comunes para la enseñanza, con 11 aulas para clases teóricas, biblioteca, salón de actos, laboratorios de biología, aula de audiovisuales y aula de informática.
¿Qué instalaciones además de las aulas tiene el centro?
El Instituto cuenta con instalaciones en tierra y con instalaciones en el mar para la formación en materia de acuicultura. Las instalaciones en tierra son una planta de cultivos para producir pescados, moluscos, crustáceos y especies auxiliares, y laboratorios. En el mar contamos con una batea y una jaula, donde se crían y engordan pescados, moluscos y crustáceos. Hay otras dependencias complementarias como son los talleres. Dentro de la acuicultura se desarrolla la formación de mantenimiento de animales y plantas acuáticas ornamentales, para lo cual se dispone de un aula específica de acuariología.
¿Cómo son las instalaciones para el buceo?
Destacan la piscina interior para que el alumnado inicie su formación en un espacio confinado de dos metros de profundidad, un foso exterior de cuatro metros de profundidad y, por último, el mar, donde realizan prácticas a diferentes cotas hasta los 50 metros. Esta sección tiene una cámara hiperbárica para que el alumnado aprenda su manejo, que también se utiliza para seleccionar a los aspirantes a formación en buceo, se busca tolerancia al oxígeno y a las presiones superiores a la atmosférica. Otras instalaciones son talleres y estación de carga de botellas.
El 30 de noviembre es el Día Mundial de la Acuicultura. ¿Van a realizar alguna actividad especial?
Este año no vamos a realizar ninguna actividad especial ya que tenemos necesidad de dedicar más horas a la docencia para compensar la pérdida de clases prácticas del alumnado que el año pasado estaba en primer curso. La actividad docente en el centro finaliza a mediados de marzo, ya que tienen que incorporarse a hacer prácticas en las empresas. También se suma el hecho de que no conviene hacer reuniones presenciales numerosas.
