El fiscal pide 22 años para el asesino de la pescantina viguesa

Las hijas del matrimonio sujetando la pancarta durante una concentración de repulsa por el crimen en Vigo.
photo_camera Las hijas del matrimonio sujetando la pancarta durante una concentración de repulsa por el crimen en Vigo.
Clotilde Rodríguez, de 81 años, murió en Tenerife  atacada con unas tijeras y un cuchillo, presuntamente por su marido, quien “no soportaba la idea de fallecer antes que su mujer”

Ángel “vejaba, despreciaba, humillaba, dominaba y sometía a  violencia física y psíquica a su mujer”. Así describe la Fiscalía el calvario sufrido por la pescantina viguesa Clotilde Rodríguez,  durante parte de los 56 años de convivencia que mantuvo con su marido y presunto asesino.  El acusado se enfrenta a 22 años de cárcel por el crimen de su mujer, ocurrido en mayo  del año pasado, en la vivienda de Los Cristianos, en Tenerife, donde la pareja, natural y vecina de Teis, solía pasar largas temporadas.

Según el escrito de acusación,  Clotilde, de 81 años, conocida cariñosamente como “Tildita” soportaba resignada la situación en la que le tenía “subyugada” su marido. Los días anteriores al asesinato, Ángel, de 83 años, se mostraba aquejado de un fuerte dolor de oídos que le llevó a visitar al médico en varias ocasiones. Él tenía la creencia de que su dolencia era irreversible, lo que causó un incremento de la intensidad en la violencia verbal hacia su mujer, dice el fiscal, hasta el punto de haberse instalado en la pareja una “cada vez más insoportable atmósfera de crispación constante”.

El 11 de mayo, después de que el hombre acudiera de nuevo a urgencias, y una vez en su domicilio junto a Clotilde,  decidió acabar con su vida. Para el Ministerio Público, “no soportaba la idea de fallecer antes que su mujer por lo que aprovechó la situación de indefensión de ella, que estaba tumbada y adormecida en el sofá” para el ataque, “sin permitir reacción alguna y a sabiendas de la imposibilidad de ella de escapar” a la agresión.

El relato sostiene que, entonces, el acusado cogió unas tijeras metálicas con las que propinó  varias cuchilladas a la víctima a la altura del cuello. Ya mortalmente herida y mientras se dirigía tambaleándose hacia el patio de luces (única vía de escape), el agresor se dirigió a la cocina y, portando un cuchillo de 31 centímetros abrió la puerta del patio, se acercó a ella, que pedía a gritos auxilio y le asestó varias puñaladas en el abdomen y el costado. 

Tras el ataque, el fiscal considera que siendo plenamente consciente del crimen y con la finalidad de eludir responsabilidades “se autoinflingió diversos cortes en los antebrazos, sin que tales heridas hicieran peligrar su vida”. 

Los gritos de “Tilde” y los golpes de la “brutal” agresión hicieron que los vecinos llamaran a la Policía. Los agentes se desplazaron a la vivienda, donde se encontraron el cuerpo sin vida de esta viguesa junto al arma homicida y al acusado. 

La mujer presentaba un total de 18 cuchilladas, nueve en la zona del cuello y el resto en el tórax y abdomen, que le produjeron su muerte inmediata.

La Fiscalía califica los hechos de asesinato con agravante de género y mixta de parentesco y además de los 22 años de cárcel solicita otros diez de libertad vigilada una vez finalice su condena en prisión.

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