El colegio estableció un sistema que garantiza la seguridad de los niños
Si hace unos días un grupo de padres expresaba su malestar por la nueva organización del acceso al colegio Canicouva, ayer otras familias mostraron su total respaldo a la dirección del centro ya que consideran que mejora la seguridad de sus hijos y aseguran que no supone ningún problema añadido. Explican que el director les venía advirtiendo desde hace años en distintas circulares de la necesidad de cambiar el acceso. El centro tiene dos puertas, una grande que también utilizan los vehículos y otra más pequeña solo para peatones. El director explica que legalmente vehículos y personas no pueden compartir accesos y que si ocurre algún accidente sería responsabilidad suya. A pesar de esto, el colegio está dispuesto a hacer excepciones en días muy lluviosos. Con la nueva organización, se amplió ligeramente el espacio que separa el colegio de una finca colindante en la que existe un edificio en ruinas y que se utiliza como aparcamiento. Los alumnos tienen prohibido acceder a esta zona por el peligro de desprendimientos del edificio. Además, ahora las profesoras salen al patio para esperar a los alumnos que llegan al colegio.
Por otro lado, el colegio Canicouva tiene su entrada por una calle del mismo nombre que es de dirección única y con tráfico muy escaso y que cuenta con aceras en el tramo superior hasta conectar con el vial Clara Campoamor. Las familias que apoyan la decisión de regularizar los accesos de los alumnos consideran que todos es opinable y que se puede mejorar, pero que lo primero es cumplir la ley. Por otro lado, expresaron su malestar porque se haya puesto en duda que el colegio “cierre sus puertas a las familias porque este centro siempre destacó por la enorme participación de las familias”.
