SECUESTRO SEXUAL EN CASTRELOS

El fallecido decía que era médico para ‘examinar’ a las asistentas

La detenida, en ocasiones, también se desnudaba, dicen las testigos.
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Las víctimas declaran que eran sometidas a exploraciones vaginales en la entrevista de trabajo

 El número de víctimas del matrimonio que en octubre del año pasado mantuvo presuntamente retenida durante días a su asistenta en un piso de Castrelos por motivos sexuales asciende ya a siete. Ayer, el Juzgado de Instrucción número 7 de Vigo tomó declaración a tres de ellas, todas mujeres que habían respondido a una oferta de trabajo para empleada de hogar y niñera colgado en ‘milanuncios’. En su relato, indicaron que el matrimonio les recibía en su casa para hacer la entrevista. El hombre, un vigués que falleció poco después de su detención al lanzarse al vacío desde un noveno, se hacía pasar por médico o enfermero para someter a las candidatas a una ‘exploración’ vaginal. 

Las testigos coincidieron en señalar que se trataba de un supuesto examen médico, en el que también estaría presente la otra investigada, mujer del fallecido, quien se encuentra en prisión  provisional desde su detención. Durante  la exploración, ellas tenían que tumbarse en el sofá del salón y allí eran sometidas a diversos tocamientos por  el falso médico. En ocasiones, relataron, su propia mujer también se desnudaba con el objeto, decía, de que ellas no se sintieran incómodas. El matrimonio alegaba que era una forma de comprobar que carecían de cualquier tipo de enfermedad que pudiera afectar a su hija menor, a la que deberían cuidar.  Una vez finalizaba el examen médico, tenían que firmar un consentimiento informado, a través del cual la Policía ha conseguido identificar a las víctimas.

La mayoría, tras esta ‘extraña’ entrevista, optaban por rechazar el puesto. Pero no todas, dos de ellas, al menos, aceptaron el trabajo como internas, ya que se les prometía regularizar sus papeles y  la opción de traer a España a sus familiares ya que eran extranjeras procedentes de Nicaragua (el mismo país que la investigada)  y Guatemala.  Una de ellas escapó unos días después e interpuso una denuncia en Comisaría, que destapó lo que podía ser un secuestro sexual. La segunda se encontraba en la vivienda el día del registro judicial durante el que el sospechoso se lanzó por la ventana. Su testimonio apuntaría además a que después de empezar a trabajar, además de estar supuestamente retenidas, al menos una de ellas, les obligaban a realizar las tareas del hogar en ropa interior. Ambas, que están en calidad de testigos protegidas, habrían apuntado a que el matrimonio les había convencido de que pertenecían a una organización como amenaza para evitar denuncias. 

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