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El encierro provocó bajas en los centros de Alzheimer

Usuarios y familiares estaban deseando volver al centro de día de Afaga.
photo_camera Usuarios y familiares estaban deseando volver al centro de día de Afaga.
Las familias estaban “muy superadas” al no contar con unos servicios que ya comenzaron su reapertura paulatina

 El centro de día especializado en Alzheimer que gestiona Afaga en  la Avenida de Beiramar trabaja desde esta semana con el horario completo, al abrir también por las tardes,  y con los servicios de transporte y comedor. Ahora mismo están al 50% de su capacidad como marca el protocolo de las autoridades sanitarias, con una reapertura paulatina que les llevará a trabajar en dos semanas con el 75% de los usuarios y en un mes funcionarán ya al 100%.  Por ahora acudieron todos los usuarios que tenían esta opción.
Era un servicio muy solicitado por las familias, que estaban “muy superadas” por la ausencia de un servicio que consideran crucial para poder llevar una vida “normalizada”.
 La previsión inicial de la Xunta era que abriesen en septiembre, pero al final decidieron adelantar esta fecha tras escuchar la opinión de las asociaciones de pacientes.

deterioro de los usuarios
El presidente de Afaga, Juan Carlos Rodríguez, señala que se hicieron eco de esta demanda de las familias desde el principio porque era “urgente y necesaria” la apertura del centro de día. 
La explicación tiene que ver con el “grave deterioro” que sufrieron los usuarios durante los meses de confinamiento, con consecuencias a distinto nivel, desde los que fallecieron por ictus o por infecciones mal gestionadas que en otras circunstancias no habrían producido un desenlace fatal, hasta los que empeoraron durante el encierro y se encamaron de tal forma que ya no volverán al centro de día. 
El centro de día de Afaga sufrió varias bajas entre sus usuarios. No fueron ocasionadas directamente por el virus, pero sí están relacionadas con las circunstancia de la pandemia. Afaga realizó una reevaluación de todos los usuarios con la reapertura del centro de día y certifica su empeoramiento.
Para las familias fue también un proceso “agotador” y de “gran sobrecarga”, puesto que durante el confinamiento se quedaron en la misma casa el cuidador y el enfermo de Alzheimer, sin la red de soporte familiar y sin poder recurrir al centro de día. Ahora ya pueden tomarse un respiro, disponer de más tiempo, organizarse e incluso volver a trabajar.
Para recuperar la actividad con total seguridad, el centro de día aplicó todos los protocolos de higiene que establecieron las autoridades frente al coronavirus, desde una sala para aislar a casos sospechosos hasta el seguimiento diario de los usuarios, alfombras para desinfectar el calzado, entre otras.

Afaga adaptó sus servicios para seguir atendiendo a los usuarios

Afaga vuelve a la atención presencial, pero en realidad nunca se han ido. Cuando empezó la pandemia realizaron un seguimiento telefónico diarios a las familias. Dos semanas más tarde, comenzaron a enviarles acgividades a los domicilios y al cabo de un mes estrenaron un servicio de intervención en los domicilios , con técnicos y auxiliares que acudían directamente a las casas. “Fue el gran salto en la atención, porque observamos que en los domicilios la realidad eera distinta a al que nos contaban por  teléfono porque las familias tienen gran capacidad de resistencia. Finalmente, cuando nos lo permitió la autoridad sanitaria, hace mes y medio, empezamos con la atención individualizada dentro del centro de día”, explican. Con experiencia se sienten más preparados para dar respuesta a enfermos y familias ante lo que pueda venir. En cuanto al centro de Martínez Garrido, sigue con atenciones individuales y con el servicio a domicilio, que se ha incrementado, y el 15 de agosto empieza la intervención grupal.n
 

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