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El Vigo de los nombres de varón

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El callejero local es de los que cuentan con una proporción más baja de representación femenina, siendo tan solo un 3,8 por ciento, unas 68 referencias frente a las 1.775 que conforman el plano de la ciudad

Ciudades, pájaros o sentimientos dan nombre a las calles de la ciudad, además de la toponimia popular. Pero el grueso de la nomenclatura  corresponde a personajes destacados bien del panorama local o a nivel más genérico. Tomando como guía el último estudio realizado del callejero, “De los nombres de las calles de Vigo”, de Daniel Antomil Pérez (2016), son 1.775 nombres, de los que solo 68 corresponden son femeninos. Supone un porcentaje mínimo del 3,8%, que se reparten entre caminos, calles, plazas, parques y paseos. Si eliminamos los nombres genéricos relativos a flores u oficios, la representación aún se reduce más, quedando en 57 nombres de mujeres reales, un 3,2%. 
Hace diez años, en un estudio realizado por Atlas a nivel estatal, Vigo se situaba a la cola de las ciudades españolas en el número de calles dedicadas a mujeres. Entonces, tan solo llegaba al 2,7%, por detrás de Ourense, con un 3% y de las otras tres capitales gallegas, Coruña, Lugo y Pontevedra, todas con un 4%, un punto por debajo de la media española, en 5%. Un ránking muy significativo que encabezaba Guadalajara, con un 9,4%. En una década, la situación varió muy poco. 
Los méritos para recibir una de las disputadas reseñas en el callejero pasan por ser santas o vírgenes, en catorce de los casos; de noble rango, con tres reinas (solo dos con nombre propio, Isabel la Católica e Isabel II), una princesa, dos aristócratas y una dama de la alta sociedad viguesa, Purificación Saavedra y Montenegro. Con catorce nombres de mujer, con orígenes ya olvidados se conocen lugares, principalmente en el rural como María Soa, Felisa, Fita, Dona Fermina o Ramona. María Berdiales, aunque identificada, correspondería a este grupo. Junto a su marido, Manuel Núñez, donaron parte de sus propiedades para urbanizar la ciudad, a cambio de ser recordados. Su hijo, Ángel Núñez, consiguió en 1916 que su madre se incluyese, tal y como habían acordado en el callejero. En la categoría de benefactora, también se incluye Inés Pérez de Ceta, propietaria de los terrenos de la que fue rúa Hospital. Eliminando estos casos, junto a los seis viales que recuerdan a seis víctimas femeninas del franquismo a causa de sus ideas, solo quedan dieciséis a las que se les reconoce sus méritos profesionales o su aportación a la sociedad.
 Dominan las representantes del campo de la literatura con Emilia Pardo Bazán, María Xosé Queizán, María do Carme Kruckenberg, Xohana Torres y Rosalía de Castro; seguidas por miembros de las artes plásticas como Mercedes Ruibal, Maruja Mallo, María Victoria de la Fuente y Julia Minguillón, a las que hay que sumar la pedagoga Antía Cal. Hay dos intérpretes y profesoras de música, una en el Conservatorio, Josefa Estarque Vila y otra en Estados Unidos, Jesusa Alfau Galván; solo recogen a una letrada en leyes y visitadora de cárceles, Concepción Arenal. Del mundo de la investigación solo se menciona a Marie Curie y a Ángeles Alvariño. Este último caso, una zoóloga, oceanógrafa, descubridora de 22 especies marinas y la primera mujer en enrolarse en expediciones abordo de buques científicos. Trabajó en el Instituto Oceanográfico de Vigo y a partir de 1956 se trasladó a Estados Unidos. Su calle, en realidad aún no existe. Tal y como recoge Antomil Pérez en su estudio, tan solo es un proyecto en la zona de Oia, ya recogido por el INE.

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