Es un producto con una demanda tan alta que obligó a las cofradías a desarrollar planes de explotación que aseguren la sostenibilidad de este recurso marino
nnn El erizo de mar pasó de ser una especie secundaria a convertirse en un producto con una demanda tan alta que obligó a las cofradías a desarrollar planes de explotación que aseguren la sostenibilidad de este recurso. Tanto el mercado nacional, que descubrió la intensidad de su sabor, como las elevadas tasas de exportación de este equinodermo, hicieron que el número de toneladas extraídas anualmente como su precio en lonja se disparase. En este contexto, tanto la comunidad investigadora como las propias cofradías apostaron por desarrollar planes de mejora de su cultivo, tanto desde el punto de vista de la reproducción como de la repoblación de los bancos.
Uno de los últimos proyectos aprobados es Ocimer, una iniciativa de la Estación de Ciencias Marinas de Toralla para la optimización del cultivo integral del erizo de mar Paracentrotus lividus (Lamarck, 1816). Con dos años de duración y un presupuesto de 148.420 euros, el proyecto forma parte de la convocatoria Pleamar, que impulsa la Fundación Biodiversidad, entidad que financia un 70% de los costes, gracias a fondos del Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP).
Al frente de Ocimer está el director de la Ecimat, Jose Manuel García Estévez, junto con Damián Costas, responsable de la Unidad de Recursos Biológicos y Cultivos Marinos de la Ecimat y Estefanía Paredes, investigadora del grupo EcoCost del CIM-UVigo y responsable del Servicio de Preservación Funcional de Organismos Marinos de la Ecimat. Una de las líneas de trabajo del proyecto está “orientada a criadero y repoblación en zonas de extracción pesquera, para lo cual contamos como socio con la Cofradía de Pescadores de San José de Cangas”.
Otro objetivo es analizar las dietas y condiciones de cultivo del erizo para mejorar la calidad de las gónadas con el consecuente aumento del valor añadido en el mercado. También estudiarán la conservación de la biodiversidad de erizos de mar en el entorno del Parque Nacional de las Islas Atlánticas y la ría de Vigo como área de influencia donde se van a desarrollar protocolos de criopreservación para varias especies locales de erizo que se almacenarán en el biobanco de la Ecimat.n
Uno de los últimos proyectos aprobados es Ocimer, una iniciativa de la Estación de Ciencias Marinas de Toralla para la optimización del cultivo integral del erizo de mar Paracentrotus lividus (Lamarck, 1816). Con dos años de duración y un presupuesto de 148.420 euros, el proyecto forma parte de la convocatoria Pleamar, que impulsa la Fundación Biodiversidad, entidad que financia un 70% de los costes, gracias a fondos del Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP).
Al frente de Ocimer está el director de la Ecimat, Jose Manuel García Estévez, junto con Damián Costas, responsable de la Unidad de Recursos Biológicos y Cultivos Marinos de la Ecimat y Estefanía Paredes, investigadora del grupo EcoCost del CIM-UVigo y responsable del Servicio de Preservación Funcional de Organismos Marinos de la Ecimat. Una de las líneas de trabajo del proyecto está “orientada a criadero y repoblación en zonas de extracción pesquera, para lo cual contamos como socio con la Cofradía de Pescadores de San José de Cangas”.
Otro objetivo es analizar las dietas y condiciones de cultivo del erizo para mejorar la calidad de las gónadas con el consecuente aumento del valor añadido en el mercado. También estudiarán la conservación de la biodiversidad de erizos de mar en el entorno del Parque Nacional de las Islas Atlánticas y la ría de Vigo como área de influencia donde se van a desarrollar protocolos de criopreservación para varias especies locales de erizo que se almacenarán en el biobanco de la Ecimat.n
