ERA POSTCOVID

El domingo vuelve a ser fiesta en Bouzas

La feria de Bouzas redujo el número de puestos para facilitar el tránsito de los usuarios.
photo_camera La feria de Bouzas redujo el número de puestos para facilitar el tránsito de los usuarios.
El ambiente de los mejores tiempos regresó a la villa, favorecido por el día nublado en una recuperación lenta de la normalidad, donde las mascarillas y el distanciamiento social ya están incorporados

 Domingo en Vigo y ambiente en Bouzas eran dos conceptos que iban de la mano hasta la llegada de la pandemia. Después de tres meses de la salida del confinamiento, la animación parece regresar a la villa marinera. A la lenta recuperación de la vida normal hay que sumarle la niebla que cubrió la ciudad buena parte del día, lo que provocó una importante bajada térmica y estropeó una jornada de playa. Así pues ésta fue una buena alternativa para muchos vigueses.

Con el encanto de los mercadillos urbanos, ayer se recuperó parte del dinamismo dominical de Bouzas. Al primer golpe de vista, llamó la atención los numerosos viandantes caminando por la calle con bolsas en su mayoría verdes procedentes de la feria, las colas en las tres panaderías más céntricas y las terrazas otra vez llenas de clientes.
Los niños volvieron al parque infantil en la alameda, mientras en la totalidad de los bancos estaban llenos con grupos compartiendo conversación. “Quedamos con mi hermano y mi cuñada para dar un paseo y tomar algo”, comenta Leticia, mientras vigila a su hijo Gael que juega en los columpios.

Ya entre las callejas del barrio histórico, los establecimientos también estaban completos. La zona interior, con los estacionamientos prohibidos y casi sin tráfico rodado, era habitual el paso de grupos en bicicletas o de coches de pedales procedentes de la ruta del muelle. “Creo que la gente está muy concienciada”, apunta Ángel, que con sus hijos y una amiga alquilaron un coche de pedales para dar una vuelta.

El paseo marítimo se convirtió en otro de los puntos de mayor afluencia. A las terrazas de los locales se unió el constante tránsito de viandantes en ambos sentidos, desde las playas a través de la ruta litoral y desde el pabellón por la ruta del muelle, que compartían espacio con los usuarios del carril-bici. “Proveemos a los hoteles de bicicletas de alquiler para los turistas y ya empezó a aumentar”, comenta Jorge Garnelo, de Garaje Pedales, en la alameda.

En el entorno de la iglesia de San Miguel coincidieron los que llegaban del centro de la villa y los que acudieron a la feria dominical, instalada en el aparcamiento frente al Liceo. La desescalada no comenzó totalmente en Bouzas hasta que volvió la feria. Con menos cantidad de puestos y mucho más separados para asegurar el distanciamiento social, deambular y rebuscar entre la mercancía resultó más sencillo y más tranquilo de lo que solía. Pilar Fernández y Charlie Arias son habituales del mercadillo: “Nos gusta venir a dar una vuelta y luego aprovechar para tomar algo antes de comer”.
Bouzas recupera su poder de atracción, pero se sigue echando de menos los extranjeros cuya presencia descendió hasta ser casi anecdótica. La mayoría de los que ayer se acercaron eran de otros barrios de Vigo o los propios vecinos. La consumición en los locales de hostelería también vuelve a la normalidad con la aplicación del protocolo de prevención contra el covid. A diferencia de antes de la pandemia, ahora la mayoría prefiere las terraza a los interiores. Los hosteleros consultados no consideran que haya miedo, aunque sí concienciación: “Creo que los bares lo están haciendo bien”, dice Ana Alonso, vecina de Bouzas.
 Según avanzó la mañana y superada la hora de los vinos con pinchos, Bouzas comenzó a vaciarse y la feria se desmontó a la hora de comer. Por la tarde, el bullicio abandonó la villa, aunque en algunos locales continuó la actividad.

Los que eligieron ayer Bouzas

Leticia, vecina de coia
“Solíamos venir, pero es la primera vez que bajamos desde el Covid”

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 Leticia reside en Coia y ayer eligió Bouzas para pasar la mañana del domingo. “Solíamos venir mucho, pero es la primera vez que bajamos desde que se declaró la pandemia del covid, porque no coincidió y también porque aún nos da un poco de miedo”. Con su pareja, David Vázquez, llevó al pequeño Gael al parque, mientras esperaban a unos familiares para tomar algo y dar un paseo: “Lo habitual”.

Jorge GArnelo, de garaje pedales
“Resulta complicado remontar, bajó un 30% la demanda”

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El alquiler de bicicletas y coches de pedales es una de las peculiaridades de Bouzas. Jorge Garnelo, de Garaje Pedales, reconoce que el regreso es difícil: “Resulta complicado remontar, bajó un 30% la demanda con respecto a antes de la pandemia, la gente tiene miedo, aunque desinfectamos después de cada entrega”. El calor de estos meses tampoco benefició al negocio, que ayer tenía quince coches haciendo el paseo.

 Pilar Fernández, vecina de coia
“Todos los domingos damos una vuelta por la feria a ver qué hay”

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María Pilar Fernández y Charlie Arias son vecinos de Coia y ayer hicieron unas compras en la feria: “Todos los domingos damos una vuelta a ver qué hay, aunque vengamos sin idea de comprar, al final siempre picamos, después aprovechamos para picar algo por Bouzas antes de comer”. Encuentran muy cómoda la nueva disposición de los puestos: “Así se puede caminar sin estar chocando todo el tiempo con la gente”.

Ángel, vecino de santiago, de visita en vigo
“De niño siempre me gustó Bouzas, creo que es un buen sitio para hacer turismo y enseñarle a los de fuera”

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 Ángel vive en Santiago, pero pasa el fin de semana en casa de sus padres con sus hijos Martiño y Anxo. Ayer, presumió de la villa boucense ante su invitada Sandra, de Bertamiráns. “De niño siempre me gustó Bouzas, creo que es un buen sitio para hacer turismo y enseñarle a los de fuera; es la primera vez que venimos desde el confinamiento, creo que la gente está muy concienciada en el uso de mascarillas y mantener la distancia de seguridad”. Ayer recorrieron la villa en coche de pedales: “Monté una vez y me pareció una actividad bonita, además el día acompaña”.

Ana Alonso y Raúl Lamarca, vecinos de Bouzas
“El problema de Bouzas no es el covid, es el abandono que sufre de las instituciones”

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 Ana Alonso y Raúl Lamarca son vecinos de Bouzas y consideran que tanto residentes, visitantes como los negocios se están adaptando bien al protocolo de prevención: “El problema de Bouzas no es el covid, es el abandono que sufre de las instituciones, ni Zona Franca ni el Concello llevan a cabo las mejoras en el paseo, así es complicado moverse”. Disfrutando de una terraza de la villa, consideran que existe concienciación entre los hosteleros y se sienten seguros en los establecimientos. “En el muro del paseo se reúne la chavalada que suelen pasar de todo, pero también usan mascarillas”.

Benigno couso, chef del patouro 
“En verano Bouzas siempre funciona bien y la gente se está comportando”

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 Benigno Couso, del Patouro, está satisfecho con la respuesta de los clientes: “En verano Bouzas siempre funciona bien y la gente se está comportando, está muy concienciada; hay menos afluencia, vienen los clientes de siempre y menos extranjeros; en la terraza mantenemos la distancia y dentro reservamos pocas mesas”.

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