EL GRAN INCENDIO DE 2017

El día del millón de árboles quemados

Eran las cinco de la tarde, y el día otoñal se hizo veraniego, con más de 30 grados y las playas llenas. La foto era en Patos, donde en un momento se hizo visible la tragedia que poco después se generalizaría sobre la comarca.
photo_camera Eran las cinco de la tarde, y el día otoñal se hizo veraniego, con más de 30 grados y las playas llenas. La foto era en Patos, donde en un momento se hizo visible la tragedia que poco después se generalizaría sobre la comarca.
Tres años después quedan todavía huellas de lo ocurrido en una jornada que dejó a toda la ciudad al borde de la tragedia, en especial en las zonas más afectadas, Chandebrito, Coruxo-Fragoselo y Valadares-Alba

Una foto, tomada en torno a las 17 horas en la playa de Patos resume muy bien lo que pasó el 15 de octubre de 2017: un día de pleno otoño con temperaturas por encima de los 30 grados, vientos fuertes y secos por la cola de una borrasca tropical, la gente en la playa en un insólito verano retomado y fuego que avanzaba por todo el sur de Galicia, comenzando por As Neves y subiendo hasta Vigo y su comarca, donde el infierno se concentró en Zamáns, el Alba, Fragoselo y sobre todo Chandebrito: las llamas arrasaron todo con rapidez. Antes ya hubo avisos en la A-52, atascada con fuego a la altura del túnel, y maniobras para escapar de cualquier forma, y  primeros desalojos en el campus. 
Han pasado tres años y las huellas de lo ocurrido permanecen, también el temor a que se repita, como recordaban ayer vecinos de Coruxo durante la limpieza del monte. Igual el pasado día 15 en un acto organizado por varias comunidades en recuerdo de lo sucedido. Que se puede repetir: el Anillo Verde no está ni empezado y un año de sequía podría  volver a servir las condiciones para un incendio forestal.
Del día más largo de Vigo en el siglo XXI queda como el momento cumbre cuando las llamas alcanzaron los 20 metros de altura y a las 20 horas un centenar de vecinos siguieron a 10 policías nacionales desde Fragoselo y Chandebrito y quedaron atrapados por el incendio: luego se supo que al menos un agente llega a desenfundar su arma desesperado. Mientras otros se unieron a la caravana en la que fallecerían dos vecinas, Angelina Otero y Maximina Iglesias, de 78 y 86 años, atrapadas al caer con su coche por una pendiente, como recordaba el alcalde de Nigrán en un homenaje el viernes. Chandebrito y Coruxo-Fragoselo fueron las parroquias más afectadas por la ola de incendios en el área de Vigo, y no sólo por la superficie quemada, que superó el 90 por ciento. Sólo sobrevivieron dos de las 232 hectáreas de monte comunal, y también se quemaron otras 240 privadas: un total de 455. Quizá lo más sorprendente es el número árboles quemados, cuantificados por la comunidad de montes para su tala: casi  un millón de ejemplares, uno por metro cuadrado. Una cifra enorme que cuesta creer pero que los comuneros dan por cierta. 

AD108

Entre Chandebrito, en Nigrán, y Fragoselo-Coruxo, en Vigo fue el infierno, donde se sucedieron los momentos más duros. El cartel quemado se hizo icónico de lo que había pasado en ese punto.
 

La vegetación ha crecido con rapidez en la zona, aunque hay árboles quemados todavía por cortar, los arbustos se han multiplicado y el aspecto general está lejos del de hace tres años. El cartel es nuevo.
 

AD107

El monte Alba, en Valadares, quemado fue otra de las fotos del momento: el fuego se acercó al centro de Vigo y llegó a tocar algunas de sus zonas verdes más significativas, incluido O Castro.


El cinturón de árboles en torno a la ermita continúa quemado, pero como en otras partes la vegetación se ha abierto paso y el verde predomina sobre el negro, como en la subida a la ermita.

Te puede interesar