Un vigués de 20 años detenido por un presunto delito de violencia de género mantuvo ayer en jaque a la Policía durante varias horas después de salir del juzgado.
Su actitud agresiva, a gritos y dando golpes, obligó a los agentes que están en el edificio judicial a llamar a dos patrullas. El chico, que estaba en libertad condicional, se mostraba furioso con tener que hacer frente a un pago y con esta denuncia que le podría llevar directamente a prisión.
La Policía trató de calmarle y se dio aviso a una ambulancia, pero no quiso ser trasladado al hospital. Tras marcharse de la calle Lalín, mantuvo un enfrentamiento en la plaza de América que obligó de nuevo a intervenir a la Policía. Finalmente, unas tres horas después, se dictó un internamiento no voluntario.