La Policía Local, técnicos de Medio Ambiente y operarios de una empresa intervinieron en la limpieza de una vivienda, cuya moradora había generado un problema de salud pública, al alimentar desde su balcón a las palomas, y convertir su propio piso en un palomar.
Esta mujer, de 77 años, que vive con un hijo de 46 en un piso de la calle Areal, lleva años alimentando desde su balcón a las palomas, de manera que la presencia de estas aves aumentó, convirtiéndose en un problema por la acumulación de excrementos y otros desperdicios. La masiva presencia de palomas generó problemas de suciedad en el balcón en algunas habitaciones del piso, en la fachada e incluso en la acera donde está el inmueble.
