El Descendimiento, aún pendiente de decisión

Uno de los actos que en los últimos años se ha convertido en ritual con una fuerte carga espiritual para los fieles es el Descendimiento. La bajada del Cristo de la Victoria de su ubicación habitual, en la cabecera, sobre el altar, atrae a miles de devotos que quieren rendir homenaje a la talla, pasando un paño por ella y besándola en la víspera de que sea sacado en procesión. Muchos escogen ese momento para iniciar el recorrido que hará el Cristo horas antes de que salga la imagen.
La directiva de la Cofradía aún no ha decidido si lo mantendrá, bajando al Cristo para exponerlo en el altar mayor sobre el carro, o bien permanecerá a distancia.
“Lo estamos pensando porque por una parte resta espacio a los fieles dentro del templo y por otra, porque puede ser un llamamiento para que se congregue más gente de lo permitido”, afirma Marora Martín-Caloto. La Hermana Mayor reconoce que la decisión aún no está tomada. “Seguramente tendremos una postura el miércoles, necesitamos darnos unos días y asimilar la cancelación de la procesión”.
El Descendimiento del Cristo está rodeado por todo un ambiente de emoción y espiritualidad. Tres cofrades suben por dos escaleras a varios metros de altura para desatornillar la base de la talla y alzarla en alto hasta la nave central para su veneración.