La pandemia del covid y las medidas sanitarias que la acompañaron obligaron a los vigueses a adaptar sus hábitos. Ante esta situación, los hosteleros, que han sufrido con especial dureza las restricciones establecidas hasta ahora han tenido que buscar nuevas fórmulas para atraer a los clientes a sus locales en un momento en que el ritmo de vida es completamente diferente al habitual. Ahora, con la ampliación de los horarios, algunos de estos locales se plantean no ampliarlos al recibir la mayor parte de su clientela durante la mañana.
Entre los establecimientos que mejor están sabiendo sortear esta situación se encuentran aquellos locales especializados en servir desayunos o el conocido como “brunch”, el aperitivo de origen inglés a medio camino del “breakfast” y el “lunch” que es precisamente la especialidad del restaurante Lola & Lía. Tras abrir sus puertas en plena pandemia, han sabido sortear la crisis del sector. “Es algo de lo que carecíamos en Vigo y sentíamos que la gente lo buscaba cada vez más, funcionó bien desde la primera semana porque encajó con el ritmo de vida de la gente ahora”, asegura su dueña, Nazaret Silva.
Ocurre lo mismo en cafeterías como Coffee Land, donde cada fin de semana se forman largas colas para coger sitio. “Hemos notado que la giente viene mucho más a pedir desayunos, creo que tiene mucho que ver con que al estar el ocio nocturno cerrado en fin de semana todo el mundo madruga y decide aprovechar más el día”, afirma su dueño Luis Blanco.
Se trata principalmente de una clientela joven que ve en los desayunos una nueva forma de socializar ante las limitaciones horarias. “Esto es algo totalmente nuevo, la gente se adapta a la situación, quiere seguir quedando y busca la forma de hacerlo yendo hacia un horario más europeo, nosotros creemos que muchos decidirán mantener este tipo de vida”, indica.
