Los propios alcoholímetros advierten del efecto “alcohol en boca” que dura unos 10 minutos

Da positivo en una alcoholemia tras realizar un enjuague bucal

Un vecino de Vigo se llevó ayer el susto de su vida. Alcohólico en tratamiento desde hace meses, cuenta con un alcoholímetro en casa para el seguimiento de su enfermedad.
Tras levantarse, tomar un café y realizar su diaria higiene dental, con blanqueador y enjuague bucal se sometió al alcoholímetro seguro de que corroboraría sus avances. Sin embargo, no fue así, según cuenta, “me quedé de piedra cuando vi que el aparato marcaba 0,70, un índice por el que Tráfico podría haberme retirado el coche”. Tras analizar los pasos que había dado esa mañana, observó las propiedades de los productos bucales que utilizaba, observando con sorpresa que contenían cierto porcentaje de alcohol. Para confirmar sus sospechas, su mujer se sometió a la prueba antes y después de enjuagarse la boca y efectivamente volvió a dar positivo.
Asustado, llamó al centro de tratamiento y después a Tráfico.
Lo que le ocurrió a este vigués, que prefiere mantener su nombre en anonimato, se denomina efecto “alcohol en boca” y está recogido en las propias instrucciones del alcoholímetro. Según explica el presidente Automovolistas Europeos Asociados, Mario Arnaldo, “el alcoholímetro mide el alcohol en aire respirado por eso ya se indica que puede haber determinados elementos a tener en cuenta a la hora de hacer la prueba, no sólo con determinados productos de higiene bucal, sino también con jarabes o ataques de hipo. Es algo que Tráfico conoce y por eso la prueba se realiza unos quince minutos después de haber ingerido alcohol o de haber realizado alguna actividad que pueda dar error en la medición, como el fumar, por ejemplo”.
En este sentido, y a pesar de que Arnaldo reconoce que realizar la prueba inmediatamente después de utilizar un producto de esas características puede dar positivo, no existe ningún riesgo ante la ley. “Ese fenómeno elimina cualquier resto de la boca en diez minutos y además, si hubiera algún problema o duda, el conductor tiene derecho a someterse a un análisis de sangre, que es donde realmente se comprueba si el resultado es erróneo”.
Tras el susto inicial, lo ocurrido para el afectado es más que una simple anécdota ya que el tratamiento al que está sometido está contraindicado con la ingesta de alcohol, “y quizá podría haberme tragado algo”. Asegura que le advirtieron sobre las colonias y los productos para después del afeitado pero no para los de higiene bucal. Según este vigués, “lo primero que pensé , al no conocer nada de esto, es que si hubiera cogido el coche y me para la Guardia Civil, me lo hubieran retirado”, algo que, lógicamente no hubiera sucedido.

Te puede interesar