O MARISQUIÑO

La cultura urbana volvió a triunfar

Vista general de As Avenidas, ayer, con un lleno total de público que asistió a las finales deportivas y a las distintas actividades programadas.
photo_camera Vista general de As Avenidas, ayer, con un lleno total de público que asistió a las finales deportivas y a las distintas actividades programadas.
El festival superó su edición más difícil con un lleno absoluto en todas las pruebas el día de la clausura

nnn Era su edición más difícil, la más comprometida tras el accidente del pasado año, cuando se vino a bajo la plataforma en la que se celebraba el concierto de clausura causando cientos de heridos. Había temor por que la repercusión mundial que tuvo este hecho restase afluencia este año. Sin embargo, y paradójicamente, hizo que este encuentro con la cultura urbana fuese aún más conocido. “Yo no sabía de su existencia antes. Sí sabía que el año pasó eso”, reconocía a este diario un jugador de baloncesto profesional que competía en este festival.
O Marisquiño superó con nota su edición número 19, la que no quería ser de transición, según la organización, sino la que diese el salto a su reconocimiento internacional. Y el público se volcó. El tiempo, con temperaturas suaves y agradables, también favoreció que la jornada de clausura de ayer, domingo, todo el recinto abierto de As Avenidas se llenase de espectadores para seguir las finales de las siete modalidades deportivas que estaban en juego, tres de las cuales serán olímpicas el próximo año en la cita de Tokio (Skate, BMX y Basket 3x3).
Miles de personas no quisieron perderse este momento. Si por la mañana las clasificatorias de Basket 3x3 y la presentación de los equipos de Freestyle Basket —deporte que se estrenó en esta edición—, así como los calentamientos de Dirt Jum, BMX y Best Trick coparon la atención del público, la tarde fue un ir y venir de gente. Había incluso que hacer cola para acceder a alguno de los asientos de las gradas dispuestas en el campo de cada disciplina. “Vamos rápido a la zona de Dirt Jump, que es lo más espectacular”, le decía un hombre al amigo que lo acompañaba.

pasión por el skate
La pista de Skate, el deporte que mejor representa a este festival de la cultura urbana, siempre estuvo llena. La presencia de figuras como la jovencísima holandesa Keet Oldenbeuving, la española Andrea Bénitez, el skater asiduo a este festival Danny León —único español en esta edición que llegó a la final y posible olímpico en Tokio— o el portugués Gustavo Ribeiro, era animada por los spikers, que comentaban cada truco en inglés y castellano: “¡Dani León está en casa!”, “¡Ribeiro está en casa!”, “¡Matías (por el argentino Matías Del Olio) está en casa!”, proclamaban.
El mismo éxito registró el Break, que este año fue ubicado en la zona que el pasado año tenía el Flatland, que esta vez se quedó sin la grada junto al Nadador de A Laxe.
La gente tenía ganas de Marisquiño y disfrutó yendo de final en final, viendo equilibrios imposibles en el aire de los riders o saltos de vértigo a más de 8 metros de altura, como los del Best Trick Dirt Jump, donde hubo algún que otro susto.

25 años más de festival
El alcalde de Vigo, que acudió a esta zona a media tarde, antes de asistir a la entrega de premios junto a la presidenta de la Diputación, Carmela Silva, no dudó en anunciar públicamente que “el Marisquiño se quedará 25 años más”. “Que nadie sueñe con llevárselo a otro sitio”, recalcó.
“El festival está teniendo una calidad extraordinaria, con la mayor asistencia que hubo nunca”, indicó después, en declaraciones a este diario. “Es un evento deportivo de primera magnitud y un evento ciudadano incontestable. La Xunta lo intentó anular, pero lo cierto es que está teniendo más éxito que nunca”.
Aunque aún no hay cifras oficiales sobre asistencia y repercusión de este festival dedicado a los deportes extremos y a la cultura urbana, se estima que habrá dejado en la ciudad un retorno de 16 millones de euros. “Nosotros no paramos de trabajar estos días. La pena es la gente que se emborracha de noche y causa destrozos”, indicaba un taxista.  Es la parte negativa de todo macroevento, como la deficiente limpieza en algunos puntos de As Avenidas que en la mañana de ayer obligaba a verter vinagre para eliminar el olor de los orines.
No obstante, el festival está actuando como atractivo turístico no solo para los deportistas y aficionados a estas disciplinas, que pueden convivir juntos durante tres días unidos por la pasión a la cultura urbana.
También lo es para numerosas personas que acuden a Vigo desde numerosos puntos de España. Aunque también los hay despistados, como una familia de Cádiz que llegó ayer para pasar unos días de vacaciones y preguntaba insistentemente por qué se llamaba O Marisquiño y si no había marisco. n

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