TRIBUNALES

Condenado un panadero por acoso sexual a su empleada

El acusado, ayer, en la vista por conformidad en el Juzgado de lo Penal 3.
photo_camera El acusado, ayer, en la vista por conformidad en el Juzgado de lo Penal 3.

Un panadero vigués acepta 15 meses de cárcel y el pago de 15.000 euros a la víctima por las secuelas y daño moral

“Te ha engordado el culo” o “qué bonito culo” eran algunas de las frases que un panadero vigués decía a su empleada, a la que llegó a someter a tocamientos durante el trabajo. Los hechos fueron reconocidos ayer por el acusado, en una vista por conformidad celebrada en el Penal 3 de Vigo.

El hombre aceptó 15 meses de cárcel, (tres por acoso sexual y 12 por abuso) y el pago de 15.000 euros de indemnización a la que fuera su trabajadora por las secuelas y el perjuicio moral que le supuso esta situación. El acuerdo alcanzado por la Fiscalía y la defensa rebajó la pena inicial de cárcel que superaba los dos años. Al no tener antecedentes, el juzgado le suspendió la ejecución de la pena durante cuatro años a condición de que no vuelva a cometer ningún delito y a que haga frente a la indemnización, para lo cual se le impuso plazos mensuales de 312,50 euros.

Los hechos que se dieron como probados tuvieron lugar entre octubre de 2018 y mayo de 2019. El propietario de la panadería se dirigió a su empleada en varias ocasiones con comentarios de naturaleza sexual. En una ocasión, cuando la víctima se encontraba en un altillo, para marcar en el calendario sus vacaciones, él se acercó por detrás, a pocos centímetros de ella, rodeándola con los brazos, no llegándola a tocar ya que otra empleada estaba en la puerta que separaba la zona de atención al pública. Sin embargo, unos meses después, cuando ambos estaban solos, mientras ella cargaba un saco de pan, él se acercó por detrás y le agarró por los pechos, poniendo la cara junto a la de ella y sacando la lengua. Asimismo, según relata el escrito de Fiscalía que fue aceptado por el acusado, varias veces y en tono jocoso, le introducía entre las piernas el palo de la pala de sacar el pan y en otro momentole llegó a tocar el muslo. Como consecuencia de esta situación, la mujer dejó el trabajo.

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