VIGO

La ciudad, nuevo territorio 'coworking'

Espacio Nido fue pionero del coworking en Vigo. Hoy, su espacio se ha ampliado con nuevas instalaciones en un barrio antiguo rehabilitado, A Ferrería.
photo_camera Espacio Nido fue pionero del coworking en Vigo. Hoy, su espacio se ha ampliado con nuevas instalaciones en un barrio antiguo rehabilitado, A Ferrería.

Vigo suma más de una decena de este tipo de espacios pensados para abaratar costes y ampliar la red de contactos

Es un estilo de trabajo que tiene sus orígenes a mediados de la década de 1990 en Berlín, ciudad siempre abierta a nuevas propuestas creativas. Hoy, se ha convertido en un auténtico fenómeno mundial que en España ha encontrado un campo especialmente abonado debido a la crisis económica y a la necesidad de autoemplearse. Es el coworking, un concepto que va más allá de compartir un despacho y que, según datos de la revista especializada “Deskmag”, genera 100 millones de empleo en todo el mundo.
Vigo está viviendo en los últimos meses un auténtico florecimiento de este tipo de espacios, donde por poco más de 100 euros se tiene derecho a una mesa y a una conexión a internet, como servicios mínimos. Si hace cuatro años solo existía un centro de coworking, el pionero Espacio Nido, hoy ya pasan de la decena, un número importante aunque aún muy alejado del más del centenar locales de este tipo que hay en ciudades como Madrid o Barcelona. “No solo se hace por cuestiones económicas. De hecho, en una reciente encuesta sobre el coworking en España, la económica no figuraba como primera opción. Son más las razones de tipo social, de necesidad de ampliar las redes de contactos profesionales”, señala el arquitecto Ramón Viéitez, fundador, junto a los también arquitectos Alberto Cabral e Iria Rivas y la diseñadora gráfica Noemí Díaz, de Espacio Nido. De una oficina colaborativa abierta en la calle Manuel Núñez, han pasado a ocupar tres bajos en la calle Ferrería de 200 metros cuadrados, donde trabajan unos 14 coworkers, entre permanentes y temporales, la mayoría relacionados con el marketing, la imagen, la comunicación y las nuevas tecnologías, el perfil mayoritario entre los usuarios de este sistema.
El coworking actúa a modo de vivero de empresas privado, que ofrece a autónomos y pequeñas pymes un lugar para trabajar, cubriendo muchas de sus necesidades en cuanto a medios —acceso a salas de reuniones, etc.—  y que permite estar en contacto con otros profesionales y aprovechar las sinergias que se crean entre los profesionales que comparten este tipo de oficinas. “Existen ideas y proyectos que cambian el mundo, pero para desarrollarlos es importante estar interconectados”, señalaba recientemente Juan Güell, expresidente del Círculo de Empresarios de Galicia e impulsor de CoWorking Vigo, abierto recientemente en la calle Pontevedra y que dirige Maite Doviso.
Pese a lo que podría parecer por las nuevas incorporaciones en el campo del coworking en Vigo —la gestación de una 'burbuja' de este tipo negocios—, lo cierto es que los que han abierto han procurado distinguirse en su oferta con una filosofía dirigida a un perfil muy determinado.

Showrooms, pop ups y markets


VM17, en la calle Velázquez Moreno, segundo espacio abierto en Vigo, incorpora el concepto Pop-up (conocido también como Pop Up Shops o Pop Up Stores): espacios fugaces para la venta de productos. “Es nuestra contribución al coworking en Vigo”, indica Rocío Carrasco, directora de este centro. Así, no solo se dedican al alquiler de zonas y mesas de trabajo sino también sirven de punto de encuentro de profesionales con sus clientes y es escenario de eventos privados y showrooms. La comunidad de VM17 está formada por una veintena de emprendedores. Muchos son decoradores, profesionales de la comunicación y de la imagen que ofrecen sus servicios a los que utilizan este lugar de forma eventual.
Una planta más arriba está Sinergia, gestionado por Irene Garrido. “Nuestra filosofía es compartir y colaborar, no alquilamos para ganar dinero sino para pagar el mantenimiento del local”, aclara. Para esta trabajadora de Alola Publicidad, empresa cuyo director gerente es Enrique Álvarez Vales y su director creativo Óscar Alonso, la necesidad de cambiar de oficina le llevó a “esta aventura”  en la que ahora hay 13 profesionales de campos como el marketing o la abogacía.
A finales del pasado año abría sus puertas en María Berdiales La Estación Coworking. Para su directora creativa, la interiorista Fany Domínguez, “el coworking amplía tus conocimientos, da apoyo y solución profesional y amplía tu agenda de contactos dando lugar a nuevas oportunidades de negocio”. 
Otro de los últimos en llegar es Dinamo Coworking, un espacio de 400 metros cuadrados en la calle Ecuador con puestos flexibles y express, salas de reuniones y espacio para eventos con zona infantil. Detrás del proyecto están el publicista Alejandro Marcos, el fotógrafo Antonio Gutiérrez y el interiorista Juan Collazo. “Es una ventaja para la gente emprendedora que se quiere independizar o montar un negocio pero no puede asumir un alquiler y quiere mantenerse en contacto con otros profesionales”, explica Gutiérrez.
Próximamente, abrirá Creatio Work, proyecto que lidera la abogada Marina Vázquez y cuya vocación es la de ser un centro multidisciplinar y enfocado al arte. 

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