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La catedral que se le escapó a Vigo

Diseños del arquitecto vigués Manuel Gómez Román del año 1948 de la basílica. Imágenes rescatadas del Archivo General del Puerto de Vigo, anuario de Vigo (1950-51) por Jorge Barrecheguren.
photo_camera Diseños del arquitecto vigués Manuel Gómez Román del año 1948 de la basílica. Imágenes rescatadas del Archivo General del Puerto de Vigo, anuario de Vigo (1950-51) por Jorge Barrecheguren.

El arquitecto vigués Manuel Gómez Román fue el elegido en el año 1948 para diseñar una basílica que contó con el apoyo del obispo Fray José López Ortiz, el productor de cine Cesáreo González y hasta de Francisco Franco

La penuria económica que atravesó España en la década de los 50 fue la responsable de que Vigo no contase con una gran basílica de corte catedralicio (solo puede haber una catedral por diócesis) en pleno centro de la ciudad.
El archivero e historiador Jorge Barrecheguren, que trabajó en el Arquivo do Reino de Galicia y en la Autoridad Portuaria de Vigo, da cuenta de como Monseñor Emilio Álvarez Martínez, vigués ilustre, convenció al obispo diocesano Fray José López Martínez para la construcción de este templo que acogería la forma de basílica en plena Gran Vía. La investigación de Barrecheguren descubre que en aquellos años había una "batalla en pro de la construcción de los nuevos templos, que había tenido como resultado la creación de las parroquias de San José, Nuestra Señora de Fátima y San Telmo y la construcción de la iglesia de María Auxiliadora por parte de la Orden Salesiana".
El obispo y Monseñor Álvarez Martínez acudieron en el año 1948 al arquitecto vigués Manuel Gómez Román, autor de edificios icónicos como el Banco de Vigo o la Casa de Correos y Telégrafos, "para proponerle el diseño de un gran templo basilical para la ciudad olívica", cuenta Barrecheguren. Este aceptó el encargo al considerarlo " buena y realizable a plazo breve".
Monseñor Álvarez Martínez consiguió "la adhesión a la causa del Cofrade protector Cesáreo González Rodríguez, empresario cinematográfico vigués y fundador de Suevia Films", relata el Barrecheguren, quien hizo suya la idea "hasta el punto de lograr una entrevista con Francisco Franco el 28 de marzo de 1951". El entonces Jefe del Estado aplaudió la idea, "llegando a adoptar como propia la iniciativa viguesa".
La edificación de este templo parecía cercano, pues fue anunció el obispo "durante la colocación de la primera piedra de la parroquia de Fátima que pronto se haría lo mismo con el nuevo templo".
Pero la situación económica no era desde luego "la ideal para la asunción de grandes proyectos", concluye Barrecheguren, con el país "sumido todavía en la autarquía y un obispado empujado por las necesidades que difícilmente pudo ir respondiendo a la demanda de nuevos templos".
El proyecto queda en el tintero, "en parte quizá por el fallecimiento de su principal promotor, Emilio Álvarez Martínez, en 1954" lamenta el archivero e historiador Jorge Barrecheguren.n

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