A partir del mes de enero pasará a actuar como una Agencia de Empleo desde la nueva sede en la que centralizará todos los servicio de orientación, formación e intermediación
nnn “El 90% de las personas que recurren a nosotros se encuentran al borde de la exclusión social”, explica José Antonio García Covas, responsable del Programa de Empleo de Cáritas desde las instalaciones en las que desde hace dos décadas y por las que pasaron unas 2.600 personas -más de 500 al año- en los últimos cinco años buscando una salida laboral que no encontraban por sí solos en un mercado cada día más competitivo. Aquí, los usuarios encuentran orientación personalizada, cursos de formación y una bolsa de empleo en la que colaboran varias empresas de la comarca.
Una oferta de recursos que a partir del próximo mes se verá ampliada con la inauguración de una nueva sede en el centro de Vigo, la que permitirá “visibilizar más el programa y poder llegar a más personas”, comentan ilusionados. Además, desde el día 2 de enero podrán comenzar a funcionar como una verdadera Agencia de Colocación reconocida por el Sepes. Un salto cualitativo con el que esperan “atender mejor las necesidades de quienes acuden a nosotros, tanto por iniciativa propia como derivados de otras entidades o instituciones”, comenta Inmaculada Tombilla, coordinadora del programa y una de las cinco técnicas que trabajan entre psicólogas, pedagogas y Educadoras Sociales.
El perfil de los usuarios de este programa de empleo que ofrece Cáritas "cambió mucho con la crisis. Antes acudían personas que exigían por nuestra parte un trabajo previo de preparación para poder acceder al mercado laboral. Ahora no, llega gente que sí tiene una experiencia, que trabajó y que perdió el empleo", explica Tombilla.
La edad media de los usuarios que buscan aquí una posibilidad de trabajar es la de alguien entre los 45 y los 64 años, con más del 40% de los casos, que en casi el 62% cuentan con estudios básicos, un 15% la Secundaria, el 9% han cursado el bachillerato y apenas un 3,4% siguieron estudios universitarios. Aunque en este último apartado los porcentajes pueden variar, ya que según comentan "está el caso de los extranjeros que aún no han convalidado sus estudios y que por lo tanto aparecen con un nivel que puede ser más bajo al real". Otra de las características que definen a este grupo es que más de 58% son mujeres, frente al 41,5% de hombres en la misma situación.
La situación de desempleo de larga duración es otro de los datos que saltan a la vista a la hora de analizar el perfil de los usuarios de este programa de Cáritas, que de los casi 2.600 personas que atendió en estos últimos cinco años, un 36,5% eran parados de larga duración, o lo que es lo mismo, que llevaban más de un año inscritos en las oficinas del Sepes sin haber logrado un trabajo. Una situación que coloca a muchos de estos trabajadores al borde de la exclusión social. La posibilidad de encontrar en la actualidad un empleo pasa por la formación, algo que saben muy bien en Cáritas. Para ello organizan cursos sobre diferentes ámbitos, según la demanda que detectan en los diferentes sectores de la actividad económica. Uno de ellos ha sido, tradicionalmente, la hostelería "donde logramos un alto índice de inserción laboral, aunque de forma temporal". n
Una oferta de recursos que a partir del próximo mes se verá ampliada con la inauguración de una nueva sede en el centro de Vigo, la que permitirá “visibilizar más el programa y poder llegar a más personas”, comentan ilusionados. Además, desde el día 2 de enero podrán comenzar a funcionar como una verdadera Agencia de Colocación reconocida por el Sepes. Un salto cualitativo con el que esperan “atender mejor las necesidades de quienes acuden a nosotros, tanto por iniciativa propia como derivados de otras entidades o instituciones”, comenta Inmaculada Tombilla, coordinadora del programa y una de las cinco técnicas que trabajan entre psicólogas, pedagogas y Educadoras Sociales.
El perfil de los usuarios de este programa de empleo que ofrece Cáritas "cambió mucho con la crisis. Antes acudían personas que exigían por nuestra parte un trabajo previo de preparación para poder acceder al mercado laboral. Ahora no, llega gente que sí tiene una experiencia, que trabajó y que perdió el empleo", explica Tombilla.
La edad media de los usuarios que buscan aquí una posibilidad de trabajar es la de alguien entre los 45 y los 64 años, con más del 40% de los casos, que en casi el 62% cuentan con estudios básicos, un 15% la Secundaria, el 9% han cursado el bachillerato y apenas un 3,4% siguieron estudios universitarios. Aunque en este último apartado los porcentajes pueden variar, ya que según comentan "está el caso de los extranjeros que aún no han convalidado sus estudios y que por lo tanto aparecen con un nivel que puede ser más bajo al real". Otra de las características que definen a este grupo es que más de 58% son mujeres, frente al 41,5% de hombres en la misma situación.
La situación de desempleo de larga duración es otro de los datos que saltan a la vista a la hora de analizar el perfil de los usuarios de este programa de Cáritas, que de los casi 2.600 personas que atendió en estos últimos cinco años, un 36,5% eran parados de larga duración, o lo que es lo mismo, que llevaban más de un año inscritos en las oficinas del Sepes sin haber logrado un trabajo. Una situación que coloca a muchos de estos trabajadores al borde de la exclusión social. La posibilidad de encontrar en la actualidad un empleo pasa por la formación, algo que saben muy bien en Cáritas. Para ello organizan cursos sobre diferentes ámbitos, según la demanda que detectan en los diferentes sectores de la actividad económica. Uno de ellos ha sido, tradicionalmente, la hostelería "donde logramos un alto índice de inserción laboral, aunque de forma temporal". n
