La crisis económica paralela a la sanitaria por el coronavirus ha sacudido a todo el entramado empresarial de la automoción gallega, que se ve expuesto a una gran incertidumbre en la fase post-crisis por la propia naturaleza del sector. "El impacto económico va a ser muy fuerte a nivel mundial y la recuperación muy progresiva y a ritmos diferente. Veremos cómo responden los clientes y si el sector tendrá que reinventarse", indica Celso Carnero, responsable de la federación de industria de CC OO en la comarca.
Los sindicatos tienen asumido que se producirá una oleada de ERTEs convencionales una vez pase el estado de alarma, siguiendo los pasos de PSA Vigo que está negociando uno para todo 2020. "Cuando España comience a volver a la normalidad, empezarán a empeorar otros países. El sector irá tirones", argumenta Carnero, que recuerda que la industria auxiliar gallega está muy internacionalizada y son muy pocas las empresas que trabajan en exclusiva para la factoría de Balaídos.
Opinión similar tiene su hómologo en UGT, Rubén Pérez, que considera que el comportamiento del mercado automovilístico "va a cambiar con toda seguridad”. “La salida no va a ser inmediata ni mucho menos y la reincorporación será gradual con algunos turnos de trabajo, así que no va a quedar más remedio que aplicar regulaciones de empleo de aquí a final de año”, señala.
Ambos sindicalistas apuntan a una situación muy complicada a corto-medio plazo, hasta verano, si bien afirman que los efectos se verán a lo largo de todo 2020 e incluso 2021. Así también lo entiende la empresa tractora, PSA, que se blinda con otro ERTE que aplicará una vez que el actual (por fuerza mayor a causa del Covid-19) deje de estar vigente y eso será una vez que cese el estado de alarma. El nuevo expediente será para la mitad de la plantilla, unas 3.400 personas, y para un máximo de 90 días.
De fuerza mayor a ordinario
En lo que respecta a las empresas de componentes, en estos momentos están aplicando ERTEs por fuerza mayor en su gran mayoría que previsiblemente serán prorrogados con otros por causas organizativas y de producción. Y es que poner en marcha el sector de la automoción tras 4 semanas de parón (desde mediados de marzo) implicará un arranque gradual que no permitirá volver a trabajar a todos los empleados a la vez.
La fecha que maneja PSA Vigo para retomar la producción es el lunes 20 de abril con sólo un turno por cada línea de montaje durante dos semanas tras las que entrarían otros dos turnos en cada sistema, después el equipo de noche y no será hasta el mes de de julio cuando se incorpore el cuarto turno de fines de semana y festivos.
En este punto, el comité de empresa de la factoría de Balaídos ha pedido a la dirección que se extienda el expediente de regulación de empleo a toda la plantilla ya que la compañía lo planteó para los trabajadores con contrato a tiempo completo y quedarían fuera los de tiempo parcial y los eventuales. En el ERTE actual -por fuerza mayor-, todos los colectivos están cubiertos y protegidos, algo más de 7.400 personas.
