Las academias notan una caída del número de matriculados entre los 18 y los 20 años
n n n Las autoescuelas están de enhorabuena: han salido de la profunda crisis en la que se encontraban desde 2012, que llevó al cierre de varias academias y a encontrarse con una respuesta cada vez más reducida. Están contentos, reconoce Alberto Bugallo, presidente de la asociación provincial, pero también hay brumas en el escenario. La primera y más importante: que el tramo de edad entre los 18 y 20 años, los más jóvenes y por ello los primeros en matricularse y los más numerosos tradicionalmente, no parece que tengan tanta prisa en conseguir el permiso.
No obstante, Bugallo reconoce que ahora mismo han conseguido remontar gracias a los jóvenes que están saliendo de la universidad y que quizá dejaron para más tarde aprobar el carné. “Sí, puede que haya un descenso en el centro de examen de Vigo entre los más jóvenes, pero los que están en la universidad cerca de terminar la carrera se apuntan porque para una salida laboral cualquier trabajo necesita movilidad y es un punto a favor", explica. Considera que con la crisis mucha gente dejó para más tarde aprobar el carné "y ahora hay gente de más de 30 que se anima.
Lo importante, insiste, es que sobre las cifras pasadas las autoescuelas han recuperado terreno y vuelve su actividad a niveles de antes de la crisis. En el global están en 8.000 permisos al año de tipo B, como ocurría en 2009.
Concluye el presidente provincial que las autoescuelas tienen trabajo debido a que los que no se habían matriculado antes lo hacen ahora. "Fueron años flojos, estábamos en menos de 6.000 permisos al año. Los datos de 2018 ya son los que teníamos en 2009, aunque a nosotros la crisis nos alcanzó más tarde, en 2012". También se nota el rango de edades: antes los alumnos eran más cercano a 18 y ahora nos ponemos en más de 20, gente que está en la universidad", añade Alberto Bugallo. En total, en la provincia y hay 105 autoescuelas, incluyendo secciones, y más de la mitad están en Vigo, unas 60. No obstante, hay un tercio menos que antes de la crisis. Claro que según el presidente del colectivo "antes había demasiadas" y todavía hoy, de forma que el sector está "atomizado para el número real que aspira al carné de conducir. "Somos demasiados, unas 300 personas en total trabajando. Hay escuelas con un profesor, otras con varios".
Otra fuente de ingresos es la renovación de puntos perdidos por el carné, algo nada raro en la provincia, donde hay mucha carretera convencional "donde se pierden muchos". "Tiene impacto, pero desde que empezó ha bajado un poco porque esta la gente más concienciada, ahora la gente se cuida y hay un descenso de la gente que tiene que recuperar puntos y el permiso. Pero sí, es una provincia donde hay bastante demanda", añadió Bugallo. n
