Con una tendencia al alza, las denuncias por delitos de odio se han triplicado desde 2014. La estadística del Ministerio de Interior reflejan dicha escalada pasando de los siete casos en Vigo y provincia hace nueve años a superar la veintena. Sigue siendo no obstante una cifra prácticamente residual teniendo en cuenta el número de infracciones penales que soporta sólo el municipio anualmente y que superó en 2022 los 12.000.
El principal obstáculo se encuentra en los juzgados. En los dos últimos años, en Vigo se han archivado una decena de causas abiertas por presuntos delitos de odio. En la mayoría de casos, los magistrados resuelven que los hechos denunciados carecen de entidad para integrar el delito de odio recordando que “las expresiones y actos han de tener una gravedad suficiente para lesionar la dignidad de los colectivos con los que se actúa”. En otros, los que se producen a través de perfiles de redes sociales, la imposibilidad de identificar a la persona que se encuentra detrás de esas manifestaciones impide continuar con el procedimiento. Asimismo, se han rechazado contra grupos políticos al considerar que los partidos políticos, constituidos legalmente, se encuentran en liza electoral en un debate público, en el contexto de unas elecciones democráticas.
Los principales motivos de denuncia, atendiendo a la estadística de Interior, se centran en ideología y orientación sexual, si bien, durante el pasado año, entre las causas archivadas se encuentran también las creencias religiosas y la xenofobia. Durante 2021, la Fiscalía provincial abrió dos diligencias de investigación y archivó otras dos, mientras que se registraron un total de siete diligencias previas, cuatro también sobreseídas y tres en el momento de cierre de ese año todavía en proceso. SOS Racismo advertía que cada vez había más casos pero que en el juzgado acababan archivándose por la dificultad de que los jueces introduzcan la agravante de discriminación. La propia Fiscalía en su memoria que el discurso del odio se ha perdido en el territorio y añade que solo ha surgido en momentos puntuales, no teniendo constancia de delitos contra grupos o colectivos por su carácter racial, sexual, religioso o ideológico.
Archivan la denuncia del cónsul de Rusia, “vamos a ir a por ti"
Una de las denuncias que fue archivada en los juzgados de Vigo es la que presentó el empresario Pedro Mouriño, cónsul de Rusia en Galicia, con sede en la ciudad, tras el estallido de la guerra en Ucrania. Afirmó haber recibido amenazas de muerte y sentirse perseguido. Según el fallo del juzgado de Instrucción 7, las afirmaciones vertidas en una primera ocasión no revestían entidad difamatoria y/o intimidante. Hace referencia también a una llamada que recibió en marzo de 2022 donde se le dijo que “tienes las manos manchadas de sangre” y que iban a ir a por él. Dicha llamada había sido realizada desde Madrid, al parecer desde un despacho de abogados, en donde habría quedado un cartel con el resto de Putin y en la que se alude a Mouriño, como cónsul de Rusia, “colaborador de los asesinos rusos”. Sobre este episodio, entiende el juzgado que “estimamos que constituye un supuesto tan abierto e inespecifico, que no se han reiterado en el tiempo, por lo que no es apreciable una situación de riesgo que deba dar lugar a una respuesta en vía penal”.
En cuanto a la tipificación de delito de odio, encuentra el tribunal que “tampoco estimamos que aquellos hechos puedan integrar esta figura penal, ya que tiene por objetivo proteger los derechos fundamentales y la libertad de ciertos colectivos de personas que tradicionalmente han sido discriminados y se encuentran en desigualdad, lo que no puede ser atribuido a los nacionales de Rusia o a los que ostentan la representación de sus intereses en el extranjero”. De esta forma se contestaba al recurso contra el archivo, en un fallo firme.
Dos agresiones homófobas, al grito de “maricón”
Si la mayoría de casos que se llevan al juzgado son principalmente amenazas o lesiones leves que se archivan o bien se dirimen con delitos de menor entidad, en el último año se han registrado al menos dos denuncias de agresiones homófobas en la ciudad. Una de ellas tenía lugar en la praza de Portugal cuando dos jóvenes de 23 y 24 años fueron golpeados por un grupo, que también les profirió varios insultos, después de ver cómo se besaban.
En enero de este año, era el propio director del centro LGTBIQ+ de Vigo quien denunciaba haber sido víctima de puñetazos e insultos, al grito de “maricón” a las propias puertas de la sede, sufriendo diversas lesiones. El afectado aseguraba en declaraciones a los medios que este tipo de agresiones se incrementaron tras la pandemia, aunque muchos no llegan a ponerse en conocimiento de las fuerzas de Seguridad ni salen a la luz pública. De esta forma, la realidad podría diferir de la estadísticas oficiales sobre casos registrados.
