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Los asaltantes de viviendas se ceban con la costa viguesa

Ángel García y Ángel Goberna, en la calle sin iluminación.
photo_camera Ángel García y Ángel Goberna, en la calle sin iluminación.
La ola de robos a viviendas se centra en San Miguel de Oia, con nueve en un mes. Los vecinos piden vigilancia y alumbrado: "Estamos intranquilos". También en Nigrán y Baiona

nnn  La desconfianza y el temor se ha adueñado de los vecinos de Mide, en San Miguel de Oia. La mayoría lleva toda la vida residiendo en la zona y los más veteranos no recuerdan una situación parecida a la que están sufriendo en  el último mes. Nueve viviendas han sido objeto de robo sólo en esa parroquia, pero el rosario de asaltos se multiplica por la costa hacia Nigrán y Baiona. 
El año pasado, 316 vigueses fueron objeto de asaltos en sus casas.  Detrás de los últimos robos podrían estar bandas itinerantes. Policía y Guardia Civil investigan ‘modus operandi’ similares también en Redondela y Pontevedra, mientras que esta semana cuatro ciudadanos del Este  fueron identificados tras intentar saltarse un control en Rande.  
“Hemos solicitado mayor presencia policial”, explica el presidente de la Asociación de Vecinos, Ángel Goberna, quien reconoce que a raíz de la oleada de asaltos sufrida él mismo ha tenido que cambiar ciertos hábitos. “Antes dejaba la verja abierta si salía un momento, ahora ya no”, comenta.
La mitad de los robos se han producido en la parte del Camiño de Mide cercano a la costa. “Aquí el otro gran problema es la falta de alumbrado”, dice Ángel García, de la directiva de la asociación. Ambos inciden en que se trata de un camino público, no una urbanización privada pero carecen de iluminación.
Esa es una de las cuestiones que más preocupa a las víctimas. Una de ellas explica que “los ladrones pueden escabullirse más fácilmente sin ser vistos”. En su caso, los asaltantes accedieron a la casa por la tarde, aprovechando que los dueños se habían ido de cena. Fue el pasado 14 de febrero. “Cuando llegamos a casa mi mujer y yo nos lo encontramos todo revuelto. Habían entrado por una ventana de la cocina”, relata. Este vecino no cuenta con alarma, “no la he necesitado en todos los años que llevo aquí”.  Los ladrones rompieron el cristal, pero lo hicieron limpiamente, muy profesional. Después accedieron a la casa y estuvieron tiempo en la habitación principal. “Revolvieron todo y se llevaron joyas y dinero”, afirma. Los delincuentes tenían experiencia. Encontraron incluso efectivo guardado detrás de un cajón. 
Después de aquello, este vecino afirma “haber pasado página” aunque ahora desconfía de vehículos o personas desconocidas. “No podemos vivir en jaulas, pero es cierto que estamos intranquilos”.
A otro de los afectados, los asaltantes  le robaron la caja fuerte.  No tuvieron suerte. El propietario no guardaba nada de valor en su interior. A la espera de medidas e iluminación, algunos vecinos han colocado sus propias farolas.

“Cinco minutos antes de llegar a mi casa, aún estaban dentro”

 Otra de las viviendas del Camiño de Mide, a escasos metros de otras dos que fueron objeto de robo, recibió la visita de los asaltantes. Su propietario apunto estuvo de toparse con ellos. “Salgo habitualmente de trabajar a las ocho y media, pero ese día me retrasé y llegué a menos cuarto. La cámara les captó en el interior, pero no les vimos salir”. Las ladrones entraron por una ventana y revolvieron las estancias, “incluso rompieron los rodapiés”.

Tres hombres encapuchados, moviéndose a gatas 

En este último caso,  los individuos entraron por la única ventana que no tiene detector. “Yo creo que estuvieron vigilando días atrás desde la finca”, dice la víctima. Al igual que en las otras viviendas, se llevaron dinero en efectivo y joyas, “recuerdos de familia, con gran valor sentimental”. Las cámaras detectaron a tres individuos, encapuchados que se movían a gatas por la casa.

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