El acusado, con antecedentes por delito sexual, admitió hoy ante la sección Quinta de la Audiencia en Vigo que durante las fiestas de Baiona en 2018 forzó a una mujer sujetándola fuertemente para que le diera un beso.
Poco después hacía lo mismo con una pequeña de tan solo cuatro años. El fiscal tuvo en cuenta la atenuante de ebriedad al estar bajoblos efectos del alcohol y la agravante de reincidencia. Un acuerdo de conformidad rebajó la pena de prisión a la que se suma un total de seis años de libertad vigilada y cursos de reeducación y 1.000 euros de indemnización, 500 para cada víctima.