A falta de poco más de un mes para que finalice el año, 2023 es ya uno de los más trágicos que se recuerdan en los últimos años en accidentes graves de circulación en las calles. El número de víctimas mortales hasta la fecha cuadriplica el balance registrado en todo 2022, cuando hubo dos fallecidos.
Así, son ocho las personas que han perdido la vida hasta el momento en siniestros de circulación en el casco urbano, de ellas cuatro eran peatones y otros tres motoristas, colectivos considerados tanto por la Policía Local como la Dirección General de Tráfico como especialmente vulnerables.
El peor mes fue julio, cuando se produjeron dos de los accidentes con motoristas implicados. Uno tuvo lugar en Coruxo, la PO-552, por una colisión con un vehículo. En dicho siniestro moría una joven de 29 años que viajaba en una motocicleta. Otro piloto, de 57 años, fallecía en un accidente similar en la PO-325, en el casco urbano (Ricardo Mella), a la altura de Saiáns.
El fatídico reguero de colisiones mortales con motocicletas había comenzado meses atrás, en enero. Un piloto de 30 años perdía la vida en una colisión en el túnel de Beiramar, en esta ocasión con un camión. Este vigués se convertía además en la primera víctima de accidente en la ciudad del año y en el tercer motorista muerto por accidente en el subterráneo, al menos desde 2007.

Pero sin duda, el peor registro es el de atropellos. Hasta cuatro personas morían tras ser arrolladas mientras caminaban por la ciudad. En abril, moría el primer peatón atropellado. El suceso tenía lugar en la avenida de la Florida, en un accidente en el que también se vio involucrada una motocicleta. la víctima, de 61 años, falleció a consecuencia del impacto recibido.
Una mujer de 92 años que acababa de apearse de un autobús del transporte urbano moría en junio atrapada bajo las ruedas del vehículo, en las inmediaciones del cementerio de Valadares. Solo dos meses después, un conocido vecino de Vigo, el histórico sindicalista Urbano Medrano, era arrollado en Sanjurjo Badía por una furgoneta tras haber sufrido un desvanecimiento y haber caído al suelo. Tenía 76 años. El último fatal accidente de un peatón se registraba en la carretera de Vilar, muy cerca del depósito municipal. La víctima, una mujer de 90 años, perdía la vida al ser arrollada por un vehículo. En octubre, fallecía un conductor vigués de 55 años en el túnel de la V-20 en dirección Bouzas.

Junto a los siniestros mortales, la media de accidentes diarios que durante el año 2022 se situó en tres, ha registrado importantes fluctuaciones a lo largo de este año, con un aumento tras el verano. Según los registros de la Policía Local, con el inicio de los temporales de lluvia en los últimos meses, la cifra llegó a dispararse, registrándose jornadas de hasta 14 siniestros, la mayoría leves, en octubre y llegando el pasado el fin de semana, entre el 10 y el 12 de noviembre a llegar hasta los 24. En esos tres días se contabilizaron un número similar de heridos, 24, dos de ellos graves, un ciclista y un motorista. El primero era un menor de solo 13 años que fue arrollado en Navia cuando circulaba con su bicicleta. Sufrió fracturas de varias costillas entre otras lesiones. El mismo día, domingo, en la calle Tui era trasladado al hospital en estado grave el piloto de una motocicleta, tras sufrir una caída.
Las cifras también empeoran en las vías del área
Si los accidentes en las calles de Vigo han arrojado trágicos resultados en lo que va de año, en los desplazamientos por las carreteras del área y provincia la situación tampoco es buena. Hasta la fecha, no solo se han incrementado los siniestros mortales sino el número de fallecidos respecto al año anterior.
Según el balance de la Dirección General de Tráfico, mientras en 2022 hasta este día de noviembre se habían registrado un total de 11 accidentes con víctimas mortales, este año la cifra ha subido hasta los 19, contabilizándose nueve fallecidos más que el año pasado, llegando a la veintena.
Hay que tener en cuenta que el balance del año pasado dio un giro trágico en el último mes en diciembre, a consecuencia del peor accidente de autobús en Galicia y uno de los más graves ocurridos en España, el que tuvo lugar en Cerdedo-Cotobade en Nochebuena. El vehículo, que se dirigía a Vigo, acabó precipitándose al Lérez, falleciendo un total de siete personas.
El balance fue tal en un solo siniestro que se acercaba a casi todos los muertos en carretera que se habían registrado hasta diciembre en la provincia.
Pero el 2023 tampoco empezó bien, sobre todo para el área de Vigo, con un accidente mortal en la A-52 pocos días de estrenarse el año. Lo peor llegaría en los meses de verano, con cuatro motoristas fallecidos, un colectivo que también ha sido especialmente golpeado más allá del casco urbano.
Los motoristas siguen reivindicando mejoras en las carreteras y retirada de quitamiedos, como ocurre en la propia ciudad.
La Guardia Civil de Tráfico ha incidido a lo largo del año en la importancia de utilizar chalecos reflectantes y casco en el caso de las bicicletas, utilizando vías seguras.