Cinco de los ocho nigerianos han conseguido vivir por su cuenta y sin apoyo de la ONG
Hace ahora justo un año, ocho jóvenes nigerianos se convirtieron en noticia primero por su odisea a bordo del “Aquarius”, que los rescató en alta mar, y más tarde por haber llegado a Vigo, donde fueron acogidos por la ONG Provivenda gracias a su programa conveniado con el Ministerio de Trabajo. ¿Qué es de su vida ahora? ¿Siguen en Vigo?, ¿se han marchado? Ana Pardo, la responsable de Provivenda, lo explica con claridad: cinco de ellos han conseguido trabajo y se han independizado en tanto que los otros tres están todavía amparados por la ONG. En definitiva, que los ocho nigerianos, todos hombres, entre los 19 y 35 años, han decidido echar raíces en Vigo y han conseguido éxito en lo que muchos buscan: un empleo para poder vivir su vida, integrándose en la ciudad como unos residentes más. Eso sí, mantienen su negativa a acercarse a los focos. “Quieren ser lo más anónimos posible, no les interesa aparece en los medios, entiendo que tiene interés pero así es su decisión”, señala Pardo.
Como es conocido, las condiciones de su acogida por Provivenda han sido las mismas que en el resto de personas en su misma situación: estuvieron seis meses en las viviendas que posee la ONG y podrían prolongar su estancia s hasta dos años, en función de su adaptación a su nueva vida, tan distinta a la que dejaron en Nigeria. Cinco de ellos ya vuelan en solitario y no necesitan más ayudas. Para los otros tres todavía se mantiene el respaldo.
El 11 de junio de 2018, España anunciaba que recibiría el barco con 629 personas rescatadas frente a Libia por el barco en la primera decisión llamativa de Pedro Sánchez tras alcanzar la presidencia del Gobierno unos días antes, lo que permitió que el "Aquarius" pusiera proa a Valencia. Para Sánchez supuso un plus de popularidad.
Los cientos de inmigrantes "sin papeles" fueron recogidos en seis operaciones de rescate y colocados a bordo del "Aquarius", de la ONG europea SOS Méditerranée. Muchos de ellos eran niños y también había mujeres embarazadas. Entre todos los desembarcados, ocho fueron destinados a Vigo, donde cumplen su primer año como residentes.
"Ya pueden vivir su vida como los demás, en su propia casa"
Ana Pardo destaca por encima de todo que los ocho jóvenes han conseguido insertarse en Vigo. "Han logrado un trabajo -que no especifica- y podemos decir que ya se han integrado en la ciudad, hasta ahora mantuvimos los programas de acompañamiento pero ahora ya pueden vivir su vida como los demás, en su propia vivienda, con su propio contrato de vivienda", explica. Los jóvenes están "contentos y tranquilos, y para ello ha sido clave aprender el idioma. Quedan tres que todavía están bajo el paraguas de acompañamiento social de la ONG Provivenda, ya que no pueden vivir por su cuenta explica Pardo, quien señala que los jóvenes nigerianos se siente incómodos con la presión de los medios, por lo que no han querido dar entrevistas ni siquiera ahora. Quieren ser anónimos. Los ocho varones ahora de entre 19 y 35 años fueron repartidos hace un año en dos viviendas. No tienen relación de parentesco entre ellos, si bien se conocían desde antes de huir de su país y mantienen una buena relación tras el viaje en barco.
La responsable de la ONG en Vigo contó que llegaron a España "con lo puesto", por lo que tuvieron que proporcionales ropa, calzado, enseres de higiene, alojamiento y una cuantía económica para sus gastos. Además, atención especializada, seguimiento médico, asesoramiento jurídico, y apoyo social y psicológico. Su primera fase como refugiados se prolongó nueve meses.
La ONG lleva desde 2017 en Vigo y cuenta con viviendas que son "dispositivos de acogida", pisos cuyo emplazamiento no desvelan que sirven para "abrir caminos".
