Episodios vigueses

El amor a Vigo y a su historia y riqueza documental de Pedro Díaz

Pedro Díaz, enseñando el museo a los soldados de la guarnición.
photo_camera Pedro Díaz, enseñando el museo a los soldados de la guarnición.
De su paciente y generoso trabajo quedan numerosos testimonios en los museos de Vigo, Pontevedra e incluso Bueu

Entre los personajes entrañables que Vigo y Galicia toda tiene que echar de menos, y yo quiero recordar hoy en este repositorio sentimental de mi propia memoria de viejo periodista, quiero recordar hoy a Pedro Díaz Alvarez, de cuya amistad gocé y de quien guardo como un tesoro su libro “En Tui llueve diferente”, en el anotó la cariñosa dedicatoria “A Fernando Ramos, el justiciero. Con un fuerte abrazo. Nadal de 1986”. Aunque si vida esté estrechamente vinculada a Tui y el Bajo Miño, por un lado, y a los ambientes intelectuales de nuestra ciudad, por otro, no en vano fue nombrado “Vigués distinguido en 2001”, procedía de tierras lejanas, ya que naciera en la Línea de la Concepción, si bien su familia se trasladó pronto a Goián y luego Tui, donde se desarrollaría gran parte de su obra y vida, desde los primeros estudios hasta el desarrollo de una ingente actividad en varios campos, destacando el de la investigación del rico patrimonio arqueológico miñoto, que él decía deber a su maestro Manual Fernández Costas-Valdés.

Fueron la enseñanza y la investigación los dos ámbitos a los que dedicó su vida. De su paciente y generoso trabajo quedan numerosos testimonios en los museos de Vigo, Pontevedra e incluso Bueu. Pero no sólo eso. Su obra es extensa y de alta especialización: Aparte del citado “En Tui mueve diferente”, fueron sus obras destacadas: “Ánforas romanas en el eje Atlántico Galaico-Lusitano”, “Noticias de Prehistoria en torno a Vigo y su ría”, “Las islas de los dioses”, o “La caracola de piedra”. Era un hombre singular que amaba igualmente a Portugal que a Galicia, siendo muy apreciado en ambos lugares. Falleció en Vigo el 27 de mayo de 2006, dejando, sin la menor duda, un espacio enorme en nuestra cultura.

Pero hay un aspecto menos conocido de su labor de maestro y divulgador de la historia de Vigo. Con frecuencia lo veíamos como guía y orientador en el Museo de Castrelos del que era un detallado conocedor. En aquel tiempo, cuando Vigo tenía todavía guarnición militar, dentro de la labor de conocimiento cultural de los soldados y marineros, había organizado un ciclo permanente de divulgación de la historia de Vigo. Creo que aparte del siempre recordado director del museo, Angel Ilarry pocas personas conocían todos sus recovecos como él y el valor de todos y cada uno de los elementos, documentos y joyas de todo tipo allí guardadas, especialmente las referentes a la historia de Vigo.

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