Adrián Amoedo es uno de los vigueses que el pasado jueves recibió en una puerta de embarque del aeropuerto de El Prat la noticia de que su vuelo de regreso a Peinador con la compañía Vueling había sido cancelado.
Los pasajeros del vuelo VY 1702 tenían que haber despegado de Barcelona a las 7.20 horas, con llegada a Vigo cerca de una hora después, pero ante la cancelación, en un primer momento, la aerolínea afirmó que dicho vuelo no pudo operar por ‘‘problemas técnicos”. Ahora, cuenta Amoedo, Vueling no quiere hacerse responsable de la cancelación: ‘‘Hice mi reclamación en el propio aeropuerto y al día siguiente recibí un correo en el que la compañía se niega a pagar la indemnización asegurando que el fallo no era de la compañía”.
Este vigués cuenta que él y el resto de pasajeros se enteraron de la cancelación minutos antes de la salida. ‘‘Ya había pasado el control y estaba esperando en la puerta de embarque. De repente en las pantallas ponía que estaba cancelado, a media hora de salir desde El Prat”, afirma Adrián. En la terminal se les facilitaron bonos para comida, se les dieron las instrucciones para la reclamación y la posibilidad de reubicarlos en los siguientes vuelo –ninguno de ellos con Peinador como destino–. En el caso de este vigués, él tomó la conexión Barcelona–Santiago de Compostela, que efectuó su salida en torno a las 14 horas. ‘‘Con la cancelación, en mi caso estuve ocho horas esperando para poder regresar a casa. Fue un día completamente perdido de mis vacaciones y es muy molesto que las compañías aéreas hagan este tipo de estrategias para no hacerse cargo de las indemnizaciones. Si hay una cancelación de Vueling, deben reembolsar lo suyo. La ley es muy ambigua y permite este tipo de defensa que no es justa para los pasajeros”, añade Amoedo, quien asegura que va a ir hasta el final con su reclamación. n
Este vigués cuenta que él y el resto de pasajeros se enteraron de la cancelación minutos antes de la salida. ‘‘Ya había pasado el control y estaba esperando en la puerta de embarque. De repente en las pantallas ponía que estaba cancelado, a media hora de salir desde El Prat”, afirma Adrián. En la terminal se les facilitaron bonos para comida, se les dieron las instrucciones para la reclamación y la posibilidad de reubicarlos en los siguientes vuelo –ninguno de ellos con Peinador como destino–. En el caso de este vigués, él tomó la conexión Barcelona–Santiago de Compostela, que efectuó su salida en torno a las 14 horas. ‘‘Con la cancelación, en mi caso estuve ocho horas esperando para poder regresar a casa. Fue un día completamente perdido de mis vacaciones y es muy molesto que las compañías aéreas hagan este tipo de estrategias para no hacerse cargo de las indemnizaciones. Si hay una cancelación de Vueling, deben reembolsar lo suyo. La ley es muy ambigua y permite este tipo de defensa que no es justa para los pasajeros”, añade Amoedo, quien asegura que va a ir hasta el final con su reclamación. n
