En julio del año pasado, AENA anunció que expropiaría una parte importante del Aero Club por motivos de seguridad en Peinador, cumpliendo una norma europea sobre instalaciones aeroportuarias. De hacerse efectivo supondría la desaparición del campo -tres o cuatro de los ocho hoyos- y con ello el fin de la propia sociedad y también de la práctica del golf en Vigo, donde no hay ninguna otra instalación.
Desde entonces, y ya ha pasado más de un año, la directiva que preside Luis Gonzaga de la Calle Vergara, ha presentado alegaciones ante el organismo de aviación y se ha dirigido a otros estamentos, como la comunidad de montes de Cabral, y ayer al Concello. No obstante, el alcalde advirtió de que de momento no podría intervenir hasta saber cuál va a ser la decisión de AENA y cuántos metros se llevaría del terreno.
El Real Aeroclub ha planteado reducir la expropiación, inicialmente de unos 50.000 metros sobre los 200.000 de que dispone el campo con sus instalaciones. Entiende que si finalmente la expropiación es menor, como esperan, también el daño. El plan, expuesto ayer, está a la espera en todo caso del acta de ocupación, que se retrasa “sine die”.
Todo ello afecta al funcionamiento de la entidad, que ni puede organizar campeonatos a medio y largo plazo ni realizar inversiones, como recordaba ayer Luis de la Calle tras entrevistarse con el regidor vigués. Una de las actuaciones contempladas, cuando se conozca qué parte del “pastel” se llevaría AENA, pasaría por adquirir terreno en las fincas limítrofes para mantener el campo con ocho hoyos, el mínimo reglamentario.
La convivencia entre el Aeroclub y el aeropuerto continúa siendo tan difícil ahora como ha sido siempre, por el insólito emplazamiento del campo en las pistas de Peinador. Como es conocido, AESA, la Agencia Estatal de Seguridad Aérea del Ministerio de Transportes, necesitaría ganar con una franja de 160 metros de ancho en la zona de Aeroclub que se encuentra situada en el interior de la terminal.
El Aeroclub mantiene que no serían necesarios más allá de 140 metros para que el aeropuerto se ajuste a la nueva normativa europea sobre terminales internacionales. Y así salvar uno de los hoyos. Y con ello el propio club.
