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Los 500 años de Gonzalo de Vigo

El monumento a Gonzalo de Vigo frente al Berbés. Hace 500 años estuvo con Elcano.
photo_camera El monumento a Gonzalo de Vigo frente al Berbés. Hace 500 años estuvo con Elcano.
Hace 500 años un vigués se embarcó en busca de un paso hacia las auténticas indias, una vez confirmado que América no era el destino buscado por Colón sino un obstáculo ante las islas de las especias.
Gonzalo de Vigo cruzó con Elcano y Magallanes el Atlántico y el Estrecho al que dio nombre el navegante portugués, que era la única vía para llegar al Pacífico desde Europa, siguió camino y llegó a las Molucas, donde al parecer desertó tras la muerte del comandante luso al servicio del rey Carlos. 
Con Elcano al mando, la expedición siguió camino hacia España pero renunció a volver al desconocer los vientos del Océano Pacífico, así que tomó rumbo al Oeste, que era una ruta conocida y transitada por los navíos lusos, hasta llegar a Sevilla unos pocos, apenas una veintena, entre ellos dos marineros de Baiona. Así que lo que iba a ser una expedición para llegar por fin a las Indias  acabó convirtiéndose en la primera Vuelta al Mundo, pero ése no era el objetivo de partida, según destacan los historiadores al cumplirse 500 años de una hazaña que tuvo mayor impacto que la llegada del hombre a la luna, según señala el vicealmirante Ignacio Horcada Rubio, miembro de la Comisión ministerial del V Centenario de la primera vuelta al mundo. "La llegada a la luna fue una proeza técnica pero que no supuso descubrimiento ni el cambio de paradigma mental humano, nada cambio, pero con la circunnavegación hubo un cambio de paradigma. Hasta ese momento las personas educadas creían que el mundo era muy diferente, se concebía como más pequeño físicamente, y se pensaba que los mares estaban rodeados por la tierra y esto lo cambió todo. Se descubrió que era un planeta más grande y abierto, marítimo, y eso lanza la primera globalización. Fue como internet ahora, cambió nuestro mundo", señala. Elcano volvió unos años después para consolidar la navegación hacia las Indias por el Oeste, que la Corona española mantendría durante 300 años entre Filipinas y México, con éxito. En ese viaje dio de nuevo con Gonzalo de Vigo, que pidió ser perdonado de su deserción, lo que significaba la condena a muerte, e hizo de intérprete ante los nativos. Gonzalo había vivido varios años en las islas, siendo así el primer europeo en Polinesia. En el viaje de retorno a España falleció Elcano. Del vigués nada se sabe, quizá regresó o murió por el camino. De todo ello se conmemoran estos días 500 años aunque en un tono extrañamente bajo. En Vigo hay una estatua de Gonzalo de Vigo erigida con buen criterio por la Autoridad Portuaria. Fue un héroe, un desertor y un aventurero en un momento en que el hombre comenzaba a conocer las verdaderas dimensiones del planeta. n

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