Una ciclista, ayer herida en la rotonda que une los tres municipios
n n n Una de las mayores protagonistas de la comarca en cuanto a accidentes de tráfico se refiere es la rotonda ce la PO 552 que conecta los viales PO 340 y PO 325 ubicada en A Ramallosa. En la mañana de ayer la historia se volvió a repetir después de que una ciclista fuese atropellada por un vehículo en este punto, y es la segunda en lo que va de mes.
Tanto vecinos de la zona como los propios taxistas que operan desde la parada que se encuentra a escasos metros del puente coinciden en que la glorieta es excesivamente pequeña para canalizar la gran densidad de tráfico rodado de los viales que conectan los tres municipios del Val Miñor, que junto a los malos hábitos de conductores y deportistas dan como resultado situaciones como la vivida ayer miércoles. La realidad es que con este suceso suman ya tres en los últimos cuatro meses si se limita a impactos contra ciclistas, ya que si se extiende al resto de vehículos el número aumenta. En la mañana de Navidad un vehículo acabó subido literalmente al muro de piedra que da acceso al puente románico y afortunadamente solo hubo que lamentar daños materiales.
A principios de mes otra deportista impactó contra un coche exactamente del mismo modo aunque en esa ocasión las consecuencias fueron bastante considerables ya que tras sufrir el siniestro, la mujer, acabó con el manillar clavado en una pierna y los servicios de emergencia tuvieron que cortarlo para poder trasladarla a un centro hospitalario de referencia. A mediados de noviembre otro ciclista vecino de Baiona resultó herido en un suceso de similares características.
El más reciente de todos tuvo lugar en torno a las 11,45 horas, momento en el que un vehículo de color negro realizó un giro en la glorieta para tomar dirección a Baiona e impactó contra la ciclista, que tras la caída sufrió lesiones en una pierna y mentón. La trabajadora del kiosko ubicado en el entorno de la alameda de San Campio afirmó que los accidentes aquí son recurrentes, aunque destacó la rapidez con la que la ambulancia se trasladó al lugar de los hechos. "Escuché el ruido y en cuanto levanté la cabeza vi a la mujer como caía al suelo", explicaron. n
Tanto vecinos de la zona como los propios taxistas que operan desde la parada que se encuentra a escasos metros del puente coinciden en que la glorieta es excesivamente pequeña para canalizar la gran densidad de tráfico rodado de los viales que conectan los tres municipios del Val Miñor, que junto a los malos hábitos de conductores y deportistas dan como resultado situaciones como la vivida ayer miércoles. La realidad es que con este suceso suman ya tres en los últimos cuatro meses si se limita a impactos contra ciclistas, ya que si se extiende al resto de vehículos el número aumenta. En la mañana de Navidad un vehículo acabó subido literalmente al muro de piedra que da acceso al puente románico y afortunadamente solo hubo que lamentar daños materiales.
A principios de mes otra deportista impactó contra un coche exactamente del mismo modo aunque en esa ocasión las consecuencias fueron bastante considerables ya que tras sufrir el siniestro, la mujer, acabó con el manillar clavado en una pierna y los servicios de emergencia tuvieron que cortarlo para poder trasladarla a un centro hospitalario de referencia. A mediados de noviembre otro ciclista vecino de Baiona resultó herido en un suceso de similares características.
El más reciente de todos tuvo lugar en torno a las 11,45 horas, momento en el que un vehículo de color negro realizó un giro en la glorieta para tomar dirección a Baiona e impactó contra la ciclista, que tras la caída sufrió lesiones en una pierna y mentón. La trabajadora del kiosko ubicado en el entorno de la alameda de San Campio afirmó que los accidentes aquí son recurrentes, aunque destacó la rapidez con la que la ambulancia se trasladó al lugar de los hechos. "Escuché el ruido y en cuanto levanté la cabeza vi a la mujer como caía al suelo", explicaron. n
