Nigrán se moviliza para traer de Nueva York el mosaico romano

Gonzalo Fernández-Turégano junto al mosaico en Nueva York.
photo_camera Gonzalo Fernández-Turégano junto al mosaico en Nueva York.
El regatista Diego Torrado es uno de los 17 integrantes de la asociación creada para devolver la joya histórica a Panxón, su lugar de origen

Una de las joyas de mayor valor histórico de Nigrán está en Nueva York. La Asociación para la Repatriación del Mosaico Romano de Panxón tiene de plazo hasta octubre de 2022 para que la pieza que representa un pez de 77 cms con dos almejas adquirida a principios de siglo por la casa neoyorkina Carton Hobbs, sea vendida al mejor postor por 58.000 euros. El conocido regatista miñorano, Diego Torrado González, es uno de los 17 integrantes de la agrupación formada por personas que o bien por ser de Nigrán o guardar un fuerte vínculo con el municipio, se marcaron el claro objetivo de devolver la composición de una villa romana y que data del siglo III d.C. a donde pertenece. “Para nosotros es importantísimo recuperarla, es un pedazo de historia”, manifiesta.

Con Pilar Pérez Saavedra a la cabeza e impulsada a su vez por Gonzalo Fernández-Turégano, que se topó con la pieza de casualidad en 2019, materializaron una campaña de crowdfunding con la que llevan recaudados sobre 7.000 euros desde principios de agosto, según apunta Torrado. Gracias al acuerdo de preventa firmado con la galería privada tienen las espaldas cubiertas al menos durante un año. 

Gonzalo Fernández-Turégano junto al mosaico en Nueva York.

La fundación se apoya en tres pilares: particulares, empresas y administraciones públicas y locales. Precisamente el gobierno local de la localidad comenzó con los trámites en 2019 para su posible adquisición, sin embargo la lentitud burocrática obligó a este grupo de personas a dar un paso en firme a fin de asegurarse la potencial compra. El alcalde Juan González, por su parte, tiene muy claro que una de sus prioridades es la de recuperar el mosaico hallado inicialmente por la familia Puga en el S.XIX y en donde permaneció durante cerca de un siglo adosada a una mesa de jardín, antes de pasar a los Blanco-Cicerón para finalmente acabar al otro lado del charco. González asegura que sigue buscando la fórmula a través de los jurídicos municipales que les permita adquirirla con fondos públicos, en otro continente y con el añadido de que se encuentra en manos privadas. Además de aplaudir la iniciativa, el regidor se compromete a hacer todo lo posible para que el elemento vuelva a Nigrán apoyado de todos los informes necesarios que garanticen su correcta conservación. 

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