La cita de todos los lunes se adapta a las restricciones sin registrar aglomeraciones
nnn Los menos de 70 puestos que en la mañana de ayer acudieron a su cita habitual de los lunes en la calle Julián Valverde de Sabarís, reflejaron a la perfección en qué consisten las nuevas normas impuestas desde la Xunta para este sector centradas en la reducción de la capacidad al 50% y especial hincapié en evitar la concentración de personas con motivo de la entrada en nivel 2 de alerta, publicada en la orden del 21 de octubre en el DOG Nº 212 bis.
En el acceso principal a la feria, desde la rotonda que lleva a la urbanización residencial 'Puente Romano', tres agentes de la Policía Municipal velaron por el correcto desarrollo de una cita en la que son habituales las aglomeraciones. Ya en su interior, los puntos de venta se distribuyeron por casi todo el recorrido a lo largo del margen derecho dejando un ancho de vía con la suficiente tolerancia para garantizar una separación mínima en todo momento.
Por contra, la zona más poblada de vendedores fue la de la plaza Victoria Cadaval que concentró a casi un tercio del total de los ambulantes dedicados a productos agroalimentarios y textiles, pero sin llegar a los escenarios de anteriores semanas. Con todo, el balance facilitado por los comerciantes fue bastante alentador pese a la aparente disminución de gente y también de oferta. "El ambiente está como está pero aun así hay ganas de comprar, se nota que hay menos aunque es mejor así a que no se celebre", explican desde uno de los puestos de alimentación.
Baiona jugó con la interpretación de las normas para poder convocar a un mayor numero de feriantes, aun así se quedaron muy por debajo de la mitad de los 172 que tiene autorizados. La fórmula aplicada se realizó en base a la ocupación del suelo por tenderete, limitada a un 75% de sus dimensiones habituales ya desde el mes de junio. De este modo los que se dedican a la venta de comida podrán acudir todos los lunes sin restricción en número mientras que los de ropa asistirán los días alternos y ayer fue el turno de los que llevan número par. El resto tendrá que esperar una semana. Efectivos de la policía explicaron que la tónica de cumplimiento, salvo contadas excepciones, se produjo de manera generalizada y que la afluencia de público se produjo de manera más desahogada que otros días pero constante a lo largo de la mañana, quizás por la meteorología. Este diario pudo constatar que el relajamiento de las medidas sanitarias que se vino registrando a lo largo del verano es cosa del pasado, al menos durante ayer lunes los carteles informativos y los dispensadores del gel hidroalcohólico volvieron a pasar a primer plano, así como las mascarillas que poco a poco pasan a formar parte del catálogo ofertado de los que operan el primer día de semana desde la parroquia más poblada de Baiona n
En el acceso principal a la feria, desde la rotonda que lleva a la urbanización residencial 'Puente Romano', tres agentes de la Policía Municipal velaron por el correcto desarrollo de una cita en la que son habituales las aglomeraciones. Ya en su interior, los puntos de venta se distribuyeron por casi todo el recorrido a lo largo del margen derecho dejando un ancho de vía con la suficiente tolerancia para garantizar una separación mínima en todo momento.
Por contra, la zona más poblada de vendedores fue la de la plaza Victoria Cadaval que concentró a casi un tercio del total de los ambulantes dedicados a productos agroalimentarios y textiles, pero sin llegar a los escenarios de anteriores semanas. Con todo, el balance facilitado por los comerciantes fue bastante alentador pese a la aparente disminución de gente y también de oferta. "El ambiente está como está pero aun así hay ganas de comprar, se nota que hay menos aunque es mejor así a que no se celebre", explican desde uno de los puestos de alimentación.
Baiona jugó con la interpretación de las normas para poder convocar a un mayor numero de feriantes, aun así se quedaron muy por debajo de la mitad de los 172 que tiene autorizados. La fórmula aplicada se realizó en base a la ocupación del suelo por tenderete, limitada a un 75% de sus dimensiones habituales ya desde el mes de junio. De este modo los que se dedican a la venta de comida podrán acudir todos los lunes sin restricción en número mientras que los de ropa asistirán los días alternos y ayer fue el turno de los que llevan número par. El resto tendrá que esperar una semana. Efectivos de la policía explicaron que la tónica de cumplimiento, salvo contadas excepciones, se produjo de manera generalizada y que la afluencia de público se produjo de manera más desahogada que otros días pero constante a lo largo de la mañana, quizás por la meteorología. Este diario pudo constatar que el relajamiento de las medidas sanitarias que se vino registrando a lo largo del verano es cosa del pasado, al menos durante ayer lunes los carteles informativos y los dispensadores del gel hidroalcohólico volvieron a pasar a primer plano, así como las mascarillas que poco a poco pasan a formar parte del catálogo ofertado de los que operan el primer día de semana desde la parroquia más poblada de Baiona n
