Las aulas, pasillos, cafeterías y exteriores del Campus de Vigo volvieron a llenarse de vida con el primer día de clase, a pesar de las mascarillas, distancias e hidrogeles inseparables. Se incorporaron los de primer curso, puesto que el resto ya había comenzado la actividades en los úiltimos días. Muchos de los estudiantes que estrenaron ayer el curso señalaron que se sienten “seguros” con las medidas adoptadas por la Universidad, desde los aforos limitados de las clases hasta las pruebas masivas de PCR o los códigos QR en cada pupitre para rastrear los contactos ante un posible contagio de coronavirus y minizar los confinamientos. No tienen miedo a contagiarse en clase, aunque sí hay respeto por el virus, sobre todo por llevarlo a las personas mayores o de riesgo con las que conviven. La mayoría reconoció que había reducido el ocio nocturno este año por la pandemia, que salieron poco y con grupos reducidos de amigos. La segunda gran preocupación era la semipresencialidad, porque aún no saben cómo resultará, sobre todo los que inician su vida universitaria. Para algunos el problema es no contar con el profesor de forma presencial para entender la materia, la posibles distracciones en casa en el momneto de conectarse a las clases y que el sistema se pueda “colgar”, mientras que otros valoran como una ventaja estar una semana en clase y otra en casa. Un total de 20 grados y 30 másteres combinarán este año la docencia presencial con la virtual a través de la plataforma Campus Integra creada por la UVigo para poder seguir impartiendo docencia de calidad durante la pandemia.
Por otro lado, algunos alumnos dijeron que las medidas en el campus eran correctas pero el bus iba lleno y que los que tienen materias de otros cursos tendrán muy difícil seguir esas clases.
La opinión de los estudiantes
Ariana, Ainoa, Paula y Xela, 1º de ADE.
“Estamos tranquilas con las medidas de seguridad”. Sin embargo, dicen que les da un poco de miedo estudiar en casa pero esperan adaptarse.
Nicolás, Raquel, Samuel y Mon.
“Parece más complicado entender los conceptos y aclarar las dudas desde casa, pero es posible que tengamos el mismo contacto”
Rosalía (erasmus alemana) y Laura.
“La seguridad en el aula está bien, otra cosa es mantener la distancia en pasillos o en el bus”. la alemana Rosalía eligió Vigo por el mar y por el surf.
“Se invirtió para que reciban la misma clase desde casa”
Los centros estrenan el curso tras pasar “una auténtica locura de trabajo” para garantizar la seguridad y para procurar en la medida de lo posible que las clases sean presenciales o semipresenciales. Este año las direcciones tuvieron “vacaciones físicas, las mentales no existieron”, asegura Jorge Falagan, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, por “responsabilidad, por los alumnos y por la propia marca de la UVigo”. El centro apostó por la semipresencialidad, de tal forma que los alumnos acuden al aula una semana sí y otra no. Invirtieron para que los de casa participen en las clases “como si estuvieran aquí” sin necesidad de grandes conocimientos digitales. “Lo harán bien”. Además se hicieron “virguerías con imaginación y trabajo” para cumplir los protocolos y evitar los contagios.
