Una comunidad integrada por 20.000 alumnos, 1.800 profesores y unos 300 funcionarios no docentes, repartidos en tres campus, consiguió en menos de una semana ponerse en marcha al 100 por cien en las plataformas digitales. Así, la Universidade de Vigo, con los campus vacíos, mantuvo todas sus funciones a todo gas.
Tras una primera semana de adaptación, el vicerrector de Ordenación Académica y Profesorado, Manuel Ramos, asegura que las más de 5.000 materias que se imparten en la UVigo, ya se hacen a través del aula virtual. Aunque se tenía experiencia con la docencia online, el servidor pasó la prueba y demostró tener capacidad para todo el movimiento necesario.
Con toda la maquinaria en marcha aún quedan muchos puntos por resolver como el tema de las prácticas laboratorio o que requieran la presencia del estudiante o el sistema de exámenes.
En el modo de puntuación, los alumnos defienden la evaluación continua, ya que, aunque en líneas generales valoran positivamente la puesta en marcha del campus virtual, consideran que la formación no es igual. “Aún no se sabe cuándo vamos a volver a las aulas, por lo que se debe valorar el trabajo regular y no que la nota dependa al 100% de un único examen final”, sostiene Daniel Couto.
Susana Rodríguez Barcia, profesora del Departamento de Lengua Española y directora del Área de Captación, considera que la universidad les ha facilitado todas las herramientas para poder cumplir con los objetivos del curso. Sin embargo, afirma que, aún siendo de calidad, la formación online “nunca se puede comparar con las clases presenciales”.
A los campus, prácticamente desiertos, solo se desplazan los trabajadores de algunas concesionarias como los de Limpieza o los de Seguridad y los encargados de dar de comer a los animales de los laboratorios. Con todo, el resto de los funcionarios no docentes, los PAS (Personal de Administración y Servicios) también se mantienen activos a través de las redes. “Tenemos distintos grupos de trabajo en los que recomendar acciones y estamos muy atentos a la formación online”, afirma Javier Rial, responsable del área de Benestar, Saúde y Deporte de la Universidade de Vigo.
“Lo importante era que este curso no se perdiese”
Manuel Ramos, vicerrector de Ordenación Académica y Profesorado, es el responsable de que funcione el campus virtual. “Lo más complicado fue organizarse en tan poco tiempo, teníamos cierta experiencia pero pusimos a prueba su capacidad, contamos con la implicación total del profesorado y los servicios informáticos funcionaron muy bien; lo importante era asegurarse de que este curso no se perdiese, lo que supuso dejar un poco de lado otras cuestiones como la organización del curso que viene”. Este lunes se del calendario final, mientras Ramos asegura que lo peor es trabajar “con la incertidumbre”. Falta por decidir cómo evaluar y cuestiones como las clases prácticas.
“No dejé de dar clase ni un día, el 90% se conecta”
Susana Rodríguez Barcia, profesora del departamento de Lengua Española, afirma que “gracias a las herramientas que nos facilitó la Universidad no dejé de dar clase ni un día y la respuesta de los alumnos de Traducción está siendo fantástica, se conecta el 90 por ciento de la clase, porque prácticamente todo el mundo tiene acceso a internet”. Pese a estar satisfecha con la solución virtual, afirma que no es la ideal: “Nunca podrá sustituir a la docencia presencial, falta colaboración conjunta, la dinámica que surge en el aula; no puede verse como una alternativa de futuro, porque lo que nos permite la tecnología no deja de ser un espejo de la realidad”.
“Seguimos funcionando compartiendo contenidos”
Javier Rial forma parte del Personal Administrativo y de Servicios de la universidad, que aunque los campus estén cerrados. “Tenemos grupos de trabajo en la red y seguimos funcionado compartiendo contenidos, por ejemplo pusimos en marcha la campaña ‘eu son move na casa”, donde lanzamos mensajes y propuestas para favorecer el movimiento y el ejercicio adaptándose al tipo de vivienda como el reto 5.000 pasos”. Rial hace hincapié en el interés que tienen en la formación online “es una buena forma para aprovechar este tiempo reclusión”. A través de la redes mantiene la jornada laboral, aunque “se amplia el tiempo de disponibilidad”.
“Supone mayor carga de trabajo para el estudiante”
Daniel Couto Cancela preside el Consello de Alumnos, ya que el estado de alarma paralizó la suspensión del proceso electoral para la renovación del órgano. Aunque valora positivamente el esfuerzo hecho por la Universidad con el campo virtual, apunta que “esto supone una mayor carga de trabajo para el estudiante, con una resultados peores, es complicado concentrarse; la efectividad depende de cómo el profesor se haya adaptado, hay algunos que hacen un esfuerzo importante por ofrecer herramientas y completar la formación, pero otros no”. Asegura que en estas condiciones el examen único no es la opción más justa de evaluación, aunque la conectividad entre los alumnos está generalizada.
