UNIVERSIDAD

La traducción exige conocer al emigrante, señala una tesis

Emmanuel Claude Bourgoin Vergondy, segundo por la derecha, en la lectura de la tesis.
photo_camera Emmanuel Claude Bourgoin Vergondy, segundo por la derecha, en la lectura de la tesis.
Un investigador de la UVigo destaca el papel de las organizaciones no gubernamentales
 Las sociedades monolingües del pasado se convirtieron en la actualidad en contextos plurilingües y pluriculturais, pero esos entornos diversos generan también dificultades de comunicación para ciertos colectivos que no dominan la lengua del lugar en el que residen. Es en este contexto en el que la traducción y la interpretación “tienen sentido en los medios sociales, como la justicia, la salud y la educación, donde se encuentran diferentes lenguas y culturas”, como explica el investigador Emmanuel Claude Bourgoin Vergondy. Es precisamente en la Traducción e Interpretación en Medios Sociales ( TIMS) en el que centra su tesis de doctorado, en la que además apuesta por materializar un nuevo término: la parainterpretación, en paralelo al concepto, ya extendido, de paratradución. El docente de la Facultad de Filología y Traducción desarrolló tres niveles de análisis “para demostrar que existen en el margen de la TIMS elementos que tienen igual o  más importancia que los textos y discursos con los que trabaja un traductor intérprete”. La tesis, dirigida por el profesor José Yuste, tiene como objetivo demostrar que  “es una realidad profesional a nivel mundial que se encuentra en diferentes fases de implementación y reconocimiento en función de cada país”. El investigador presta especial atención a los países francófonos, “donde el papel desempeñado por el mundo asociativo y las ONGS es primordial”, por lo que surgen muchos entornos de traducción o interpretación social. Además, Bourgoin Vergondy puso el foco de manera especial en el campo de la salud y explica que la colaboración con ONGs como Médicos del Mundo o Tierra de Hombres, “nos introdujo en la problemática de las personas extranjeras” derivada de la barrera del idioma y, a menudo, desconocedoras de sus derechos y deberes con las administraciones de la salud. “Estas experiencias nos hicieron comprender la realidad de unos colectivos sometidos a una desigualdad de la que poco se habla”, una realidad en la que los procesos de traducción son “mayoritariamente orales, es decir, son de interpretación”. Remarca el investigador que el traductor-intérprete debe conocer tanto las instituciones con las que trabajar como “conocer y comprender al migrante, ya que el ejercicio de la traducción y de la interpretación en medio social, no todo se reduce al texto o al discurso, a las leyes o reglamentaciones, primero es necesario comprender los movimientos migratorios”.  Concluye el investigador que “no podemos ejercer la TIMS sin reconocer y entender sobre todo al migrante, su cultura, su construto identitario o su experiencia exílica”. 
 

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