Después de dos años, el proyecto LitterDrone implicó a investigadores de la Universidad de Vigo, de la empresa Grafinta y de la Asociación Española de Basuras Marinas en el desarrollo de herramientas innovadoras para el control y gestión remota de basura marina a través de UAVs, vehículos aéreos no tripulados. Esta iniciativa pionera acabó en enero, pero un nuevo proyecto, bautizado como BEWATS, retomará algunos de sus desarrollos para ir un paso más allá y monitorizar el origen y el destino de los residuos que acaban en las playas.
Fernando Martín, investigador del Grupo de Procesado de Imagen y Realidad Virtual explica que BEWATS (Beach Waste Tracking System), que es una continuación de LitterDrone, fue seleccionado en la convocatoria Pleamar de la Fundación Biodiversidad con un presupuesto total de 131.440 euros para un año de duración.
Por una parte, se trata de mejorar algunos aspectos de LitterDrone, como el software de identificación de la basura o el programa de integración y solapamientos de las diferentes imágenes tomadas por los drones. “Aprovecharemos la información sobre la basura que obtuvimos con LitterDrone, pero también haremos nuevos vuelos empleando el software existente para obtener información detallada sobre posición y tipo de residuo. Los datos de los vuelos también se usarán para mejorar la aplicación”.
En la segunda parte del proyecto, que es la más innovadora, emplearán los datos obtenidos por las cámaras fotográficas instalas en los UAVs y la información pública que proporciona el Ministerio de Transición Ecológica sobre el estado de las playas. “Son informes menos detallados que los que se obtienen con los drones, pero cubren muchas más playas, con un mínimo de una por cada provincia costera, y se realiza cuatro veces al año”. Con toda esta información intentarán saber cuál fue y cuál será la influencia de las mareas, es decir, determinar de donde vienen esos residuos y también hasta donde pueden llegar arrastrados por las corrientes marinas?. Es en esta parte del proyecto en la que entra el segundo socio el ICMAT, Instituto de Ciencias Matemática del CSIC en Madrid, que hará modelos que permitan estimar el papel de las corrientes en la distribución de la basura en las costas.
Finalmente, una tercera etapa del proyecto consistirá en que, una vez que ese modelo generado por ICMAT determine las posibles fuentes de residuos o destinos de los mismos, intentar comprobarlo con imágenes de satélite Para ver si esos puntos del mapa generan residuos, de que tipo y que hay cerca de esos lugares que pueda estar generando la basura.n
