El diagnóstico realizado por la Unidad de Igualdad sobre las actitudes y opiniones respecto de la violencia ejercida contra las mujeres constata que los hombres de la comunidad universitaria perciben un mayor grado de igualdad en la institución académica que en el resto de la sociedad. No obstante, este estudio refleja una serie de fortalezas y debilidades acerca de la percepción de la violencia de género entre la comunidad universitaria masculina, que es uno de los aspectos centrales del análisis.
El estudio, publicado con motivo del Día internacional contra la Violencia de Género, se realizó entre los hombres de la comunidad universitaria con una metodología mixta de encuestas y trabajo de campo cualitativo gracias a los fondos del Pacto de Estado contra la Violencia de Género. El objetivo era realizar “un diagnóstico de la situación de la percepción que existe entre nuestra comunidad académica en relación con la violencia contra las mujeres y la prostitución, entendida esta última como una expresión más de violencia machista”, explica Águeda Gómez, directora de la Unidad de Igualdad. Para eso se optó por centrar los estudios en estudiantes, PDI (personal docente investigador) y PAS (personal administrativo y de servicio) masculino, ya que este colectivo es “estratégico a la hora de detectar las resistencias ante las políticas de género a favor de la igualdad”.
Según la encuesta, los miembros de la UVigo perciben la Universidad como un espacio más igualitario que el resto de la sociedad (7,67 frente a 5,41), lo que coincide con los resultados obtenidos en otros diagnósticos anteriores realizados en el año 2015 por la propia Unidad de Igualdad. También consideran que la desigualdad existente en la Universidad deriva, principalmente, de la brecha de los cuidados y de los problemas de conciliación de la vida familiar, personal y laboral. Ante esto, una amplia mayoría cree necesaria una mayor formación afectivo-sexual y reconoce fuertes carencias y déficits de formación en este campo .
Otro de los aspecto del estudio es la percepción de la prostitución. La mayoría de los encuestados considera que la desigualdad es el origen de la violencia contra las mujeres “y aunque consideran que la explotación sexual es condenable no condenan de la misma forma la compra del sexo de pago”.
El estudio, publicado con motivo del Día internacional contra la Violencia de Género, se realizó entre los hombres de la comunidad universitaria con una metodología mixta de encuestas y trabajo de campo cualitativo gracias a los fondos del Pacto de Estado contra la Violencia de Género. El objetivo era realizar “un diagnóstico de la situación de la percepción que existe entre nuestra comunidad académica en relación con la violencia contra las mujeres y la prostitución, entendida esta última como una expresión más de violencia machista”, explica Águeda Gómez, directora de la Unidad de Igualdad. Para eso se optó por centrar los estudios en estudiantes, PDI (personal docente investigador) y PAS (personal administrativo y de servicio) masculino, ya que este colectivo es “estratégico a la hora de detectar las resistencias ante las políticas de género a favor de la igualdad”.
Según la encuesta, los miembros de la UVigo perciben la Universidad como un espacio más igualitario que el resto de la sociedad (7,67 frente a 5,41), lo que coincide con los resultados obtenidos en otros diagnósticos anteriores realizados en el año 2015 por la propia Unidad de Igualdad. También consideran que la desigualdad existente en la Universidad deriva, principalmente, de la brecha de los cuidados y de los problemas de conciliación de la vida familiar, personal y laboral. Ante esto, una amplia mayoría cree necesaria una mayor formación afectivo-sexual y reconoce fuertes carencias y déficits de formación en este campo .
Otro de los aspecto del estudio es la percepción de la prostitución. La mayoría de los encuestados considera que la desigualdad es el origen de la violencia contra las mujeres “y aunque consideran que la explotación sexual es condenable no condenan de la misma forma la compra del sexo de pago”.
