La Universidad de Vigo puso en marcha con éxito el campus remoto para hacer frente al confinamiento, una actuación generalizada en otros campus. Así, los estudiantes siguen la formación on-line desde sus casas, aunque esto se complica cuando participan en los programas de intercambio.
De los 455 alumnos vigueses que forman parte este curso del programa internacional Erasmus, en la Universidad de Vigo tienen constancia de que 215 regresaron con la crisis desatada por el coronavirus. Sin embargo, los otros 240 siguen en sus países de destino, guardando la cuarentena en residencias o pisos de estudiantes.
La mayoría de ellos continúa con la formación online y en contacto con sus profesores y coordinadores, según indicaron desde la institución académica viguesa.
En el caso de los extranjeros que cursan actualmente estudios aquí, el seguimiento es más complicado. Desde la Oficina de Relacións Internacionais (ORI) se tiene constancia de algunos casos que permanecen en la ciudad bien porque quisieron o porque no encontraron la forma de salir. No existen datos actualizados, ya que aseguran “muchos se fueron y no lo notificaron”.
En cualquiera que sea su ubicación, participan con regularidad en las clases online del campus virtual.
A comienzos de septiembre se dio la bienvenida a 439 alumnos de intercambio para el 2019-2020, una gran parte, 325 están incluidos en el programa Erasmus, que se limita a los países europeos. Alemania, Italia y Francia son las nacionalidades principales.
De ellos solo 86 tenía previsto quedarse hasta final de curso y al menos 19 tenían confirmada su asistencia al segundo cuatrimestre, que empezó a finales del mes de enero.
Aprovecha para mejorar el español y comer bien
Betta Lyon Delsordo, de la Universidad de Montana, comparte piso con tres estudiantes extranjeras más, dos chinas y un francés. Combina estudios de telecomunicaciones y de literatura española. Tomó con normalidad la puesta en marcha del campus remoto, con videoconferencias y manteniendo el contacto con los profesores a través de correo electrónico. Lo único que le parece más complicado es hacer preguntas para aclaraciones concretas. Está aprovechando el confinamiento para mejor su nivel de español a través del ordenador y para disfrutar de la buena comida en casa.
Echa en falta las prácticas en laboratorio
Evan Barron es estudiante de Biología de la Univesidad de Austin. Pasa la cuarentena en un piso con otros dos estudiantes, de México y de Uruguay. Aunque no le causa mayor dificultad las clases online, sí echa de menos las prácticas en laboratorio, que le resultan muy amenas y divertidas. La concentración es otro aspecto que destaca, ya que en casa le resulta complicado centrarse tanto como lo hace en el campus. Pese a todo asegura que su experiencia en Vigo está siendo muy positiva. Descartó regresar a su país porque se habría encontrado en una situación similar.
Su familia de acogida le facilita la estancia
Estudiante de Bioquímica en la Universidad de Nebraska, Kramryn Pfenning curso en Vigo estudios especiales para extranjeros. Sigue su formación a través de internet, aunque considera que no es tan personalizada como la presencial. De los tres americanos que decidieron pasar la cuarentena en Vigo, es la única que está con una familia de acogida. Afirma que las facilidades de sus anfitriones le hacen muy llevadera la estancia. Antes del decreto del estado de alarma pudo viajar y conocer distintos puntos de España, algo que espera poder hacer antes de tener que marcharse.
