La catedrática del área de Derecho Procesal Esther Pillado se convirtió ayer en la primera mujer en asumir el cargo de valedora universitaria en la Universidad de Vigo. El Claustro celebrado ayer por la mañana en el Campus vigués la eligió con 63 votos a favor y uno en blanco para suceder a Argimiro Rojo, que abandonó el puesto por jubilación este verano.
Pillado, que había sido secretaria general de la Universidad de Vigo durante el mandato de Alberto Gago entre 2006-2010, es docente del Departamento de Derecho Público, del que es directora y, desde comienzos de este año es también vocal permanente de la Comisión General de Codificación, adscrita a la Sección de Derecho Procesal, siendo la única representante de las universidades gallegas en este órgano de asesoramento a la ministra de Justicia.
La propuesta de su nombramiento surgió de un consenso amplio, ya que cómo explicaba el reitor, Manuel Reigosa, “ocupó muchos puestos de importancia en el servicio a la comunidad universitaria, es una persona completamente volcada con la Universidad”.
También el profesor Emilio Fernández explicó que en el proceso de negociación se buscó “una persona que reúna una serie de características como contar con un conocimiento muy amplio de la Universidad y que genere respeto por parte de la mayoría de la comunidad universitaria; la profesora Esther Pillado puede ser una excelente valedora de la Universidad y, el hecho de que sea la primera mujer en ocupar este cargo, es también un valor añadido”.
“Un desafío personal”
Para Esther Pillado, el desempeño del cargo de valedora universitaria “supone un desafío personal y profesional importante que me permitirá aplicar en la Universidad toda mi experiencia en la gestión y resolución de conflictos de forma pacífica”. Y es que su trayectoria está muy ligada a este campo, siendo por ejemplo, presidenta de la Institución de Mediación y Arbitraxe, MedyArb, que ofrece medios alternativos a la vía judicial para la resolución de conflictos, en especial a mediación y la arbitraje.
En este sentido, remarca su puesta a disposición de toda la comunidad universitaria “para hacer de nuestra Universidad un espacio más justo y más igualitario” y reafirma su compromiso en la “defensa de los derechos y libertades de todos y todas nosotros”.
Mediación y conciliación
La etapa que ahora arranca para la catedrática estará marcada, según ella misma explica, por su firme convicción de que “la mejor forma de afrontar una disputa o una visión distinta de una situación que genera tensiones es a través del diálogo y, por ese motivo, emplearé la mediación y la conciliación como herramientas indispensables para evitar que el ejercicio de sus derechos y libertades por parte de un miembro de la comunidad universitaria se convierta en un ataque o una limitación de los derechos y libertades de los demás”.
Respeto del contexto en el que va a desarrollar este cargo, la catedrática recuerda que las universidades pasaron en los últimos años procesos de cambio como la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior, la introducción de sistemas de calidad o el contexto de crisis económica “que trajo consigo limitaciones presupuestarias y la aprobación de modificaciones legales que incidieron de manera directa en los derechos de los distintos colectivos que forman la comunidad universitaria”.
En este escenario, puntualiza, desde la posición de valedora, “independiente e imparcial, estaré en una posición privilegiada para corregir o mejorar esas situaciones, en especial de las personas más vulnerables, trasladando a los miembros del equipo de gobierno las medidas más adecuadas para garantizar los derechos y libertades de los diferentes colectivos que integran nuestra Universidad”, según apunta.
Además, también se va a proceder al relevo de un órgano colegiado, el Tribunal de Garantías, por un órgano unipersoal, la valedora universitaria. “Esto supondrá un replanteamento de la función que voy a desempeñar y una nueva configuración”, reconoce la nueva valedora universitaria.
