UNIVERSIDAD

Diseñan sensores portátiles para detectar contaminantes

Parte del grupo de investigación QA2 de la UVigo, en una imagen de archivo.
photo_camera Parte del grupo de investigación QA2 de la UVigo, en una imagen de archivo.
Permiten monitorizar de forma rápida y sobre el terreno, sin llevar las muestras al laboratorio
La metodología analítica convencional para detectar contaminantes químicos en ecosistemas marítimos implica cierta rigidez en el proceso, ya que las muestras se recogen in situ pero deben ser transportadas a laboratorios en tierra para su análisis. Este procedimiento solo permite una información a tiempos fijos y pueden surgir errores en la estabilización y conservación de muestras, además del hecho de que se trabaja con instrumentación centralizada de alto coste de adquisición y mantenimiento y personal técnico altamente cualificado. Frente a esta metodología surgieron en los últimos tiempos lo que se dio en llamar  miniaturización de los sistemas analíticos con diseños más fuertes y transportables, que permiten la monitorización en el propio lugar y en tiempo real de los diferentes parámetros químicos de interés. Una de estas propuestas es la que está diseñando el grupo  QA2 (Química Analítica Ambiental y Toxicología), perteneciente al Departamento de Química Analítica y Alimentaria, integrado en el Centro de Investigación Marina de la Universidad de Vigo, y coordinado por el investigador Carlos Bendicho en el marco del proyecto Sistemas analíticos innovadores basados en receptores  nanoestruturados sobre sustratos ( nano) celulósicos para la detección de sustancias de interés ambiental. El estudio, seleccionado por la Convocatoria Retos de Investigación del Ministerio de Ciencia e Innovación, dura cuatro años y se basa en el empleo de sustratos de celulosa como material para el diseño y construcción de nuevos sensores .
Estos sensores  desechables pueden emplearse donde se requiera,  fuera de laboratorios centralizados, y en situaciones donde exista una limitación de recursos económicos, permitiendo así democratizar la detección de sustancias de interés y hacerla posible en diferentes contextos socioeconómicos.
 “La  portabilidade, rapidez de respuesta y bajo coste juegan aquí un papel preponderante. En definitiva, este tipo de sensores pueden contribuir a una mejor evaluación de los riesgos de exposición y facilitar una toma de decisiones más eficaz”, explica el catedrático Carlos Bendicho. A estas ventajas se suma el hecho de que contribuyen a disminuir el consumo de muestra, reactivos, y en definitiva, de energía, en consonancia con las tendencias actuales de la química verde o sostenible. 
El proyecto se está desarrollando en colaboración con investigadores de otros países europeos en el contexto del programa  COST de la acción europea.
 

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