Alumnos de Teleco muestran sus ingeniosas creaciones e inventos

Alberto, Javier, Eloy y Andrés y su juego para aprender música.
photo_camera Alberto, Javier, Eloy y Andrés y su juego para aprender música.
Alumnos de la asignatura ‘Laboratorio de Proyectos’ exponen sus ingeniosas creaciones en Teleco

La Escuela de Ingeniería de Telecomunicación presume de la creatividad del estudiantado que está a punto de titularse. Lo hace, como cada año, con la celebración de los ‘LPRO Days’, una actividad organizada a modo de feria tecnológica en la que los estudiantes exhiben los proyectos tecnológicos que llevaron a cabo a lo largo de los últimos meses en la materia ‘Laboratorio de Proyectos’.

Participan 62 estudiantes –52 hombres y 11 mujeres– divididos en 15 grupos y tutorizados por 17 docentes. Distribuidos por el pasillo central de la escuela, cada equipo dispone de un stand en el que presentan sus prototipos  y, de paso, mostrar su potencial como emprendedores. La cita, que comenzó ayer en la propia Escuela de Ingeniería de Telecomunicación, se traslada hoy al museo Verbum, donde recibirán la visita de representantes del sector empresarial y donde también tendrá lugar la entrega de premios a los mejores proyectos.

Un programa que ayuda  a los negocios a controlar el stock, un asistente gestual, una app que ayuda a gestionar el correo tradicional, un software que alerta de posibles distracciones al volante, un programa que controla aforos basado en la tecnología blockchain, un sistema de comunicación bidireccional para radioaficionados o una aplicación para ayudar a ralentizar el deterioro cognitivo en personas con demencia son sólo algunas de las 15 muestras que se podrán ver hoy en el Verbum.

El control de un observatorio, al alcance de un clic

‘Altairs’ es el proyecto de José Manuel, Javier, Ismael, Laura y Saúl que permite tener el control de la cúpula de un observatorio a kilómetros de distancia. Con la ayuda de una Raspberry Pi (una especie de ordenador en miniatura) y unos nodos MCU que se conectan al motor de la compuerta y otros controles eléctricos del propio observatorio, estos alumnos de último año de Teleco fueron capaces de crear un software que permite, con un solo clic, manejar la cúpula de un observatorio a través de la red.

En estos meses, y con esta invención que apenas usa un par de componentes electrónicos, han conseguido que ‘Altairs’ funcione en un observatorio real como es el de Forcarei, que está bastante alejado, como ellos mismos reconocen. De hecho, está pensado para casos como este, en el que los astrónomos podrían sacarle partido a este tipo de observatorios –pequeños y alejados– sin tener que perder tiempo desplazándose, porque normalmente las mediciones se hacen a lo largo de toda la noche y sólo van hasta el observatorio a prepararlas.

La sencilla interfaz con la que se puede manejar la cúpula desde casa permite abrir y cerrar la misma, ver su estado y conocer su posición. Además, tiene integradas predicciones meteorológicas para saber cuándo sería óptimo realizar mediciones.

Una papelera inteligente que clasifica los residuos

Javier, Sofía, Blas y Luis presentaron en los LPRO Days su idea ‘InteLixo’. Se trata de una papelera inteligente, capaz de clasificar los residuos por sí misma con sólo depositarlos en el receptáculo. Como explican sus propios creadores, lo hace gracias a la inteligencia artificial que entrenaron para este propósito. 

Más de 20.000 imágenes –4.000 proporcionadas por los creadores y el resto procedentes de ‘datasets’ disponibles a través de internet– se utilizaron para entrenar a la IA a reconocer entre residuo orgánico, vidrio, papel y plástico solamente a través de una cámara. El receptáculo, robotizado, se mueve una vez la máquina reconoce la naturaleza del residuo introducido y lo deja caer en el recipiente correspondiente.

Esta idea está pensada para grandes superficies comerciales e interiores, aunque sus creadores explican que podría adaptarse también al exterior. Al estar robotizada y automatizada, esta papelera cuenta con un software complementario –una app móvil– que permite saber cómo de llenos están los colectores y que puede ser de utilidad para trabajadores del servicio de limpieza que estén a cargo de todas las papeleras de una gran superficie comercial.

El brazalete de ‘CoidaTech’ detecta indicios de sepsis

La sepsis (una respuesta inmunitaria fulminante a una infección) tiene una de las cifras de mortalidad más alta en los hospitales y detectarla antes de que sea letal no es sencillo. Por esta razón, y a raíz de varios estudios que habían observado varios patrones –sobre todo en lo relativo a la temperatura corporal– en pacientes que acababan desarrollando sepsis, Pedro, Alicia, Laura y Francisco decidieron embarcarse en el proyecto ‘CoidaTech’. 

Consiste, básicamente, en un brazalete inalámbrico con 800 metros de alcance que mide la temperatura corporal de manera constante. Cada hora, el brazalete envía estos datos a un programa que hace detecciones en base a los patrones analizados y si detecta alguno de los patrones anómalos a los que hacen referencia los estudios, lanza una alerta para que los sanitarios se pongan manos a la obra.

Este instrumento está pensado, fundamentalmente, para su uso en hospitales, aunque sus creadores explican que otros clientes objetivos podrían ser residencias de la tercera edad, pues los mayores son propensos a desarrollar estas sepsis y en estos casos, de forma más grave. Hacen hincapié en que cuanto antes se detecte uno de estos episodios, las posibilidades de supervivencia aumentan exponencialmente.

Un juego a lo ‘Guitar Hero’ para aprender música

La gamificación del aprendizaje es una de las técnicas pedagógicas más novedosas y que más han calado en el sistema educativo moderno. Alberto, Javier, Eloy y Andrés tomaron nota de ello para su proyecto de Laboratorio de Proyectos y presentan ‘Partitune’, un software enfocado a músicos principiantes para que aprendan a coger soltura con sus instrumentos.

Su primer prototipo permite practicar con dos instrumentos diametralmente diferentes: la flauta dulce y el violín. La primera, porque está presente en el aprendizaje musical común a todos los niños y niñas de Primaria y es simple de tocar; mientras que el segundo es uno de los más complejos a nivel principiante, hasta el extremo de que pueden pasar dos años hasta que se puedan sacar notas coherentes. 

El funcionamiento del software es sencillo y sigue la lógica de videojuegos famosos como el ‘Guitar Hero’ o el ‘Singstar’: el usuario debe dar las notas correctamente mientras se muestran en la pantalla y al final una pantalla le dirá cómo de preciso ha sido. Como función adicional, ‘Partitune’ permite incorporar al programa cualquier partitura que se quiera gracias a un sistema de reconocimiento integrado en el software, por lo que las posibilidades para aprender cualquier canción son infinitas.

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