Ana Peleteiro: la niña delgadita y traste

Peleteiro saluda al italiano Jacobs, nuevo campeón olímpico de 100 metros.

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photo_camera Peleteiro saluda al italiano Jacobs, nuevo campeón olímpico de 100 metros. // EFE
Los vigueses María José Martínez Patiño y Carlos Adán iniciaron a Peleteiro en el atletismo en la escuela municipal de Ribeira, en la que sobresalía mientras jugaba

Carlos Adán quería vivir desde lo más cerca posible la final en la que participaba aquella niña que hace 18 años jugaba al atletismo bajo su mirada. Y como lo de ir a Japón no es posible, pues qué mejor que estar en Ribeira. El olímpico vigués vivió allí emocionado el éxito de una mujer que se inició en este deporte en la escuela municipal de su pueblo, de marcado acento de Vigo al heredarla el laureando fondista de las manos de María José Martínez Patiño allá por 2003.

“Era una niña delgadita, juguetona y muy traste que me encontré en Riveira cuando me hice cargo de la escuela, en la que tenía 50 niños”, rememora Adán tras el subidón. Aquella pequeña de siete años se divertía corriendo y saltando y empezaba a darse cuenta de que estaba predestinada a seguir haciéndolo. “La tuve en la escuela los cuatro años que estuve allí y lo que hacían era jugar. Pero en ella se apreciaba ya la calidad de esas personas que sabes que tienen un don para el deporte. Eso sí, muchos de ellos no llegan y ella ha sabido hacerlo", explica con orgullo uno de sus maestros.

Fueron años de conceptos muy básicos de un atletismo básicamente lúdico. “Hacíamos todas las especilidades. Me acuerdo, por ejemplo, de que le enseñé a talonar para el salto de longitud pero con nociones muy básicas. Claro que después iba a competir a los campeonatos gallegos y ganaba con facilidad”, señala. Porque, por entonces y como corresponde a su edad, “era muy polivalente. Sin hacer nada específico, lo mismo ganaba en 60 metros, que en longitud que en campo a través, en recorridos que eran de 2 o 3 kilómetros”.

Ayer, tras seguir por televisión la final y emocionarse, Adán cogió el teléfono para enviar un mensaje a su pupila y para ponerse en contacto con sus padres, “Jose y Carmen, con lo que mantengo una gran relación desde entonces”.  En Ribeira, estos días, ha visto al pueblo de Peleteiro orgulloso de su vecina.

El entorno adecuado

Carlos Adán, que fue olímpico en Barcelona 92, sabe bien de los sacrificios que conlleva el deporte de alta competición. Y de lo trascendental de hallarse cómodo para entrenar y mejorar. “Ella misma lo dijo tras lograr la medalla. Si no hay un equipo detrás, no se puede alcanzar esa gloria”. El fondista considera clave en la vida deportiva de su pupila haber encontrado su sitio. “Le ha costado eneontrarlo, pero ahora lo tiene con Iván Pedroso y el grupo de entrenamiento en Guadalajara, además de teniendo al lado a Nelson Evora. En su entorno se respira atletismo, salto y tranquilidad”, valora.

Todo ese camino andado la ha llevado a realizar ayer una final “apoteósica, demostrando una vez más que es supercompetidora”. Y concluye: “Se lo merece”.

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