Piragüismo

La plata fue para Maialen

Maialen Chourraut cuajó una gran actuación en el canal tokiota.
photo_camera Maialen Chourraut cuajó una gran actuación en el canal tokiota.
La palista vasca fue segunda en el K1 y sumó la tercera medalla para España en Tokio 

La española Maialen Chourraut, campeona en Río 2016 y bronce en Londres 2012, completó su palmarés olímpico en Tokio 2020 con una tremenda plata en la categoría de K1 de piragüismo eslalon.

A sus 38 años, Chourraut volvió a demostrar en el canal de Kasai su carácter competitivo en unos Juegos, con los que tiene un idilio absoluto, y aunque cedió el trono, el segundo puesto tiene un tono dorado indiscutible.

Tan solo la poderosa alemana Ricarda Funk pudo con la palista del Atlético San Sebastián en la final, ya que la que estaba llamada a sucederla, la australiana Jessica Fox, “pinchó” en la bajada definitiva y se tuvo que conformar con el bronce.

La piragüista de Lasarte se había ganado a pulso entrar en su tercera final olímpica consecutiva tras sobrevivir a una bajada muy exigente con un recorrido más que complicado. Su crono, de 109.92, le reportó la séptima plaza y el pase a la gran final.

No obstante, sabía que tenía que mejorar su actuación si quería tener opciones de pelear por las medallas. Además, partía la cuarta y luego esperar a ver qué hacían las seis mejores de la semifinal.

No encontró la bajada “semiperfecta” como en Río, pero supo rehacerse en la segunda mitad del recorrido y mejoró el crono hasta 106.63, sin penalización alguna, para situarse en la primera plaza provisional.

A la vista de las rivales, parecía más que complicado resistir en posiciones de podio, pero poco a poco estas fueron haciendo peores tiempos hasta que Funk encontró la recompensa olímpica con otra fase final espectacular para parar el reloj en 105.50, 1.13 mejor que el de Chourraut.

El fallo de la eslovaca Eliska Mintalova (108.36) le aseguró el podio y el irregular descenso de Jessica Fox, con cuatro segundos de penalzación, le situó en el segundo puesto y en su tercer podio olímpico.

La palista vasca, que nada más acabar su recorrido mandó besos desde el kayak a la cámara dirigidos a su hija Ane, no se lo podía creer, plena de felicidad por este nuevo éxito tras un ciclo olímpico más que complicado dentro y fuera del agua, en el que acabó con su marido, entrenador y olímpico también, Xabi Etxaniz.

Los tres metales

Chourraut sumó su tercera presea olímpica y consolidó un lugar en el olimpo del deporte español. A sus 38 años, es uno de los pocos deportistas que tienen en su palmarés oro, plata y bronce. Los anteriores fueron el también piragüista Saúl Craviotto (2-1-1), la nadadora Mireia Belmonte (1-2-1) y la haltera Lydia Valentín (1-1-1).

“He jugado con la experiencia, había chicas más rápidas”

La palista española Maialen Chourraut ha reconocido que aunque había rivales “más rápidas” y que no estaba “entre las tres favoritas” ha sabido jugar “con la experiencia” en la final para lograr la tercera presea olímpica de su palmarés, y ha explicado que ha podido quitarse “la presión que supuso la medalla de Río” y “disfrutar”.

“Sacar una medalla es complicadísimo, y en eslalon más. Hay que ir pasando las clasificatorias, y el corte de semifinales fue muy duro. El recorrido estaba lleno de maniobras muy difíciles, se te hace muy cuesta arriba el recorrido. Me agarraba a las esperanzas, había chicas más rápidas que yo, Jessica Fox y Ricarda Funk han estado delante de todas en este ciclo olímpico, Quise buscar mi navegación sólida, mi robustez. He jugado con la experiencia. En los Juegos se mezclan muchísimas emociones, cuesta mucho controlarlas. He ido a por mi estrategia y al final ha salido”, declaró.

“Lo más importante no es la medalla, lo importante es el camino, y de eso me di cuenta aquí. Siempre había sido muy exigente conmigo misma; saqué la medalla de Río y parecía que tenía que hacer más, y no llegaba el más y me seguía fustigando a mí misma. Cuando llegué a Tokio, me di cuenta de que tenía muchas razones para estar orgullosa de mi carrera. Con 38 años, llegar a unos Juegos con aspiraciones a medalla es muy grande. Este sentimiento de orgullo propio me ha ayudado. Después de cinco años, me he quitado esa presión que supuso la medalla de Río y he podido disfrutar de estos Juegos de otra manera, un poquito más libre”, prosiguió.

Ahora toca “disfrutar”

“Ahora hay que disfrutar de este momento. Y también tengo que descansar. Han sido cinco años muy intensos. Necesito un mes o dos de descanso. No puedo mirar más allá. Hoy disfruto el hoy. Mañana tocará el día de mañana”, finalizó.

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