El volcán de La Palma, entre la fascinación y el miedo

Dos personas se hacen un selfi ante la impresionante columna de humo y fuego de la Cumbre Vieja.
photo_camera Dos personas se hacen un selfi ante la impresionante columna de humo y fuego de la Cumbre Vieja.
Vuelven a ser las redes sociales, el sobresaliente espejo de lo que está pasando, y ayer se convertían en el mejor mural de la fascinación y el miedo que a partes iguales genera un acontecimiento como la erupción volcánica que se vive en La Palma.

Vuelven a ser, las redes sociales, el sobresaliente espejo de lo que está pasando, y ayer se convertían en mural de la fascinación y el miedo que a partes iguales genera un acontecimiento como la erupción volcánica de La Palma tras el hervidero de seísmos de los últimos días.

Tantos y tan sofisticados medios científicos y tecnológicos como hay en la isla, la disponibilidad que muchos curiosos y aficionados tienen de acceder a modernas herramientas (de geolocalización o imágenes satelitales) y los mensajes y fotos lanzados por muchos testigos presenciales han convertido las redes en una ventana privilegiada a la que asomarse para conocer lo que sucede.

Así desde mi casa”, el mensaje que ha puesto una vecina del volcán, resume y muestra a la perfección cómo lo están viviendo los habitantes de la Palma, un mensaje que se suma a los cientos de fotografías y de vídeos que circulan por las redes y que ilustran cómo avanzan los ríos de lava por las laderas de la isla, captados desde sus cercanías, pero también desde otras islas canarias.

Entre las imágenes que ya inundan las redes destacan por su espectacularidad las que proporcionan las cámaras del Observatorio del Roque de los Muchachos del Instituto Astrofísico de Canarias y los “time lapse” (cámara rápida) que se están reproduciendo desde que el volcán entrara en erupción, imágenes que acumulan miles de visualizaciones.

La tragedia

Pero además de la fascinación que causan las imágenes, las redes se llenan de mensajes de personas que claman para que la sociedad no vea esto solo como un espectáculo y se percaten de que este fenómeno natural está causando importantes daños materiales que van a sufrir muchas personas.

“Visualmente el volcán es un espectáculo y para la comunidad científica un espacio de investigación, pero para las personas que han perdido sus casas, sus terrenos de cultivos... no es un espectáculo ni una atracción turística. Es una tragedia”, escribía un navegante.

Y se suceden las quejas de los vecinos, y los llamamientos para no compartir en las redes imágenes ni noticias de dudosa procedencia, así como los mensajes de apoyo a la población de La Palma, a todos los efectivos que están trabajando en los dispositivos de seguridad y emergencia y a la comunidad científica que ha monitorizado y previsto todos los escenarios desde hace días.

Los vídeos y las imágenes demuestran ya el esfuerzo que muchos vecinos y agentes stán haciendo no sólo por asegurar la protección de las personas; también de los animales que están quedando atrás, y los llamamientos que varias organizaciones están haciendo para acoger a esas mascotas y que no queden desprotegidas mientras dura la erupción. De “belleza aterradora” lo han tildado muchos navegantes en las redes, que sin embargo no olvidan la ironía y el humor.

“A las televisiones españolas que paran su programación para contarnos que aterriza el avión de Messi, un saludo desde Canarias”, dejó escrito J.M. Y viral se está haciendo ya el vídeo que muestra las imágenes de los primeros momentos de la erupción grabados desde una vivienda, en el que se escuchan voces de miedo y preocupación, pero también a un hombre que tranquiliza al grupo: “hay tiempo de comer sin problema”. 

Prevén explosiones y emisión de gases nocivos cuando la lava llegue al mar

El Plan Especial de Emergencias por Riesgo Volcánico de Canarias intensificaba el dispositivo ante la llegada al mar de la lava -que ayer continuaba acercándose peloigrosamente durante toda la jornada, ante la posibilidad de que genere explosiones y emisiones de gases nocivos.

Capitanía Marítima ya ha establecido un perímetro de exclusión por mar desde el sur por la Punta del Pozo (Puerto Naos) hasta el norte por la playa de Las Viñas (Tazacorte) y la paralela a la costa a media milla náutica del litoral, mientras que por tierra las fuerzas de seguridad impedirán el acceso.

El comité director del Pevolca informaba de que a lo largo del día ayer se procedía a desalojar 40 viviendas más en Tazacorte, ya que las coladas de lava se adentraron en el municipio siguiendo su camino hacia el mar, lo que elevó la cifra provisional de evacuados en torno a las 5.500 personas.

Los núcleos más vulnerables hasta el momento por el avance de la lava han sido El Paraíso y Todoque (Los Llanos de Aridane), aunque las coladas de lava se adentran en Tazacorte y se prevé que lleguen a la costa en unas horas.

Los expertos informaron al comité de dirección del Pevolca, al que asistió el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de que la erupción continúa mostrando el mismo estilo eruptivo fisural: dos fisuras alineadas de norte a sur y separadas entre sí unos 200 metros, con varios puntos de emisión.

“Esta es la más floja”, asegura un vecino que vive ya su tercera explosión en la isla

Los vecinos de La Palma viven con una mezcla de tranquilidad y angustia el estallido de un nuevo volcán, porque todo el mundo está ya a salvo, pero nadie ignora que se van a perder muchas casas, y los más mayores cuentan el episodio con la perspectiva que solo tiene que ya lo ha vivido.

Esta es la más floja”, sentencia Juan Díaz, mientras hace recuento de las tres erupciones que ha presenciado en La Palma a sus 86 años: la del San Juan, en 1949; la del Teneguía, en 1971, y esta. Evacuado de su casa en Las Manchas a primera hora del domingo al cuartel militar de Breña Baja donde Defensa y la Cruz Roja han habilitado un albergue de emergencia, Juan Díaz, al que todos llaman “Ovidio”, cuenta sus recuerdos y puede que tenga razón.

Vive en La Bombilla, en Las Manchas, cerca de donde el domingo explotó el volcán a las 15.13 horas, y sostiene que el terremoto que precedió a la erupción fue de “vergüenza”. Y añade que, de los más de 25.000 pequeños seísmos que se han registrado en la última semana, él solo sintió ese.

“Yo no tengo miedo”, señala este anciano, que se ha llevado su “comidita” al albergue militar habilitado en El Fuerte y espera que le permitan volver a su casa en cuanto las coladas de lava lleguen al mar. Ovidio comparte alojamiento con 200 personas, muchos turistas que a lo largo del día fueron abandonando La Palma. Y también con otros lugareños, como Olivia. “Nunca en la vida en la vida había pasado esto”, dice.

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